La biblioteca ante los nuevos retos de la comunicación: el bibliotecario desorientado

Resumen:
En las bibliotecas la comunicación con el usuario está siendo modificada por la pérdida del monopolio de la información, la desmaterialización del libro y la importancia de la tecnología en la relación no presencial. En las nuevas formas de comunicación es fundamental la destreza con herramientas y dispositivos con los que hay que familiarizarse en un entorno personal, cotidiano y no laboral. Se reflexiona sobre la necesaria “persoprofesionalización” de la profesión.

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Cómo citar este artículo:
Juárez-Urquijo, Fernando. «La biblioteca ante los nuevos retos de la comunicación: el bibliotecario desorientado». Anuario ThinkEPI, 2014, v. 8, pp. 122-125.

6 Replies to “La biblioteca ante los nuevos retos de la comunicación: el bibliotecario desorientado”

  1. APIs RELACIONADAS CON BIBLIOTECAS EN PLAY STORE
    Por Juan-José Riaño-Alonso

    Totalmente de acuerdo con el lúcido análisis de Fernando Juárez, que me llevó a preguntarme ¿cuántas APIs relacionadas con las bibliotecas hay en Play Store? De haberlas, ¿cuántas descargas tendrían?

  2. PERSOPROFESIONALIZACIÓN
    Por: Julián Marquina

    La verdad es que ha sido un ThinkEPI cargado de razón y que expresa claramente la situación por la cual estamos pasando ahora: unos queremos ir más deprisa de lo que los demás están dispuestos a hacerlo.

    Recuerdo en una charla que di este año y donde dije que todo bibliotecario debería tener un smartphone para uso profesional…la respuesta de una persona de la sala fue sorprendente (por lo menos para mí):

    “¿Un smartphone?… pues que me lo compre la biblioteca”… (hasta ahí todo correcto)… Pero si ya tienes un smartphone, le dije… “Si… pero este es mío y no voy a usarlo para trabajar”. Ahí es donde me quedé colgado por la actitud del bibliotecario, que teniendo las herramientas no quería usarlas en beneficio de sus usuarios y su biblioteca, a lo cual le contesté: “No te preocupes…habrá compañeros que anden este camino y al cual te sumarás en 2 o 3 años”.

    Dicha actitud es totalmente comprensible y respetable: una cosa es la vida personal y otra la profesional. Creo que será cuestión de actitud y ganas de hacer cosas nuevas…llegar a esa “persoprofesionalización” y al BYOD del que se habla.
    En cuanto a aplicaciones móviles y estadísticas recomiendo Appdata, para echarle un vistazo: se pueden buscar aplicaciones en plataformas de iOs y de Google play (Android)…nos da un vistazo del número de aplicaciones de bibliotecas (library, libraries…) y de estadísticas.

  3. RESISTENCIA ANTE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
    Por Juan-José Riaño-Alonso

    En mi biblioteca aún hay ficheros de madera y de metal (¿os acordáis de los ficheros?) con fichas de cartulina escritas con pluma estilográfica y una hermosa caligrafía. Me pregunto si los bibliotecarios que recibieron las primeras máquinas de escribir mecánicas mostrarían las mismas resistencias ante esta nueva tecnología. Pienso que a veces los árboles no nos dejan ver el bosque.

  4. SMARTPHONES Y TABLETAS: DISPOSITIVOS DE LECTURA E INFORMACIÓN
    Por Natalia Arroyo

    Paradójicamente las bibliotecas y sus profesionales conocen muy bien las tecnologías de la lectura y de la información desde sus orígenes hasta casi finales del siglo XX (la imprenta en la era de Gutenberg o el papiro, por ejemplo). Pero no conocen las tecnologías de la lectura y de la información del siglo XXI (smartphones, tabletas y otros) ni su uso. ¿No les parece un despropósito?

    Quien no entienda que smartphones y tabletas son dispositivos de lectura e información está abocado al analfabetismo digital. Y esto no es admisible en una profesión como la nuestra.

    Así comencé mi intervención1 en las XVII Jornadas Bibliotecarias de Andalucía, y sigo pensando que ahí está la clave del uso de los dispositivos móviles para esta profesión: en la comunicación, como explica Fernando Juárez, pero también en la lectura y en el consumo de información.

  5. SMARTPHONES Y TABLETAS NO SON UN CAPRICHO, SINO UNA NECESIDAD
    Por Anna Bröll-Nadal

    Totalmente de acuerdo con lo que han expuesto Fernando, Julián y Natalia.

    También me sorprendo con algunas actitudes personales de profesionales que no entienden la relación que tiene su actitud personal en relación con las nuevas tecnologías de la información y la lectura con el ejercicio de su profesión. Pero tampoco entiendo las dificultades que ponen algunas organizaciones en poner a disposición de sus profesionales tabletas y smartphones.

    Seguramente la introducción de estos dispositivos en el entorno laboral facilitaría una mayor implicación personal. Y muchas administraciones públicas no están por la labor.

    En nuestra organización existen muchos profesionales que utilizan sus dispositivos personales y parte de su tiempo extralaboral en favor de la organización. Y eso es en parte por actitudes personales pero también porque en la organización se favorece esta actitud.

    Para el próximo año esperamos poder distribuir tabletas en la mayoría de bibliotecas. Tanto para formación de usuarios como para uso profesional. Sí a los profesionales implicados, sí a la utilización de tecnologías y al descubrimiento personal. Pero sin olvidar que las organizaciones también deben entender que incorporar smartphones y tabletas no es un capricho, ni una frivolidad, sino una necesidad

  6. INFORMACIÓN DE CALIDAD NO GESTIONADA POR LA BIBLIOTECA
    Por Beatriz Tejada

    Agradezco a todos los participantes los interesantísimos debates que últimamente se están generando en Iwetel. En este caso enlazo mi contribución a la reflexión sobre la comunicación y el valor de la biblioteca, con la parte en que Fernando señalaba que “la comunicación antes estaba muy mediatizada a nuestro favor por la posesión de la colección”.

    Efectivamente esto es algo que cada vez menos necesitan de nosotros ya que perciben que encuentran “suficiente” información navegando, sin recurrir a la biblioteca. Por tanto no podemos seguir parados esperando a que nos pregunten por nuestros materiales, que en muchos casos pueden encontrar online, ya sea de manera legal o no.

    Por tanto, si queremos seguir teniendo valor como profesionales de la información, ¿de qué tendremos que ser capaces?, ¿comprar y catalogar documentos para ponerlos a disposición de los interesados que puedan buscarlos? Pues sí, pero sucede que cada vez hay más información de calidad no gestionada por la biblioteca.

    Por ello, si queremos seguir siendo útiles, tendremos, por una parte, que sumarnos a nuevas plataformas de difusión o publicación de la información; y por otra enseñar a gestionar y evaluar lo encuentran navegando, así como a hacer un uso ético de la misma. Y no me refiero sólo a formar en competencias informacionales a los estudiantes en las que, cual maestros de biblioteconomía, enseñemos el uso de los operadores booleanos para la búsqueda de información en catálogos y bases de datos, sino formar en el manejo eficaz de las aplicaciones y herramientas existentes en la nube aplicadas al estudio, el trabajo y la investigación, mejorando su gestión del tiempo, y simplificándoles la existencia (al menos en las universitarias).

    Ser capaces de hacer esto, depende directamente de ir por delante de nuestros usuarios en la gestión de la información online, en cualquier formato y desde cualquier dispositivo. Si nosotros no cacharreamos, si estos dispositivos no están integrados en nuestra vida, difícilmente podremos ayudar a nuestros usuarios a organizarse y, por ejemplo, sacar más partido a su tableta. Por tanto tendremos que poder ofrecerles algo útil en un mundo digital de información y además tendremos que hacérselo saber. Si nosotros no somos capaces de comunicarles lo que podemos ofrecerles ¿Por qué ellos se iban a comunicar con nosotros para preguntárnoslo?

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