Expectativas y carencias en las visitas docentes a centros de documentación y bibliotecas: la oportunidad perdida

Resumen:
Las visitas a bibliotecas y centros de documentación son un recurso formativo habitual en los programas docentes en gestión de información. Sin embargo, en muchas ocasiones las visitas adolecen de los elementos necesarios para poder convertirse en provechosas experiencias formativas y no en un mero trámite social. Una cuidadosa preparación previa donde se identifiquen los objetivos y las responsabilidades de los asistentes, una dinámica activa durante la visita, y un trabajo posterior de evaluación y puesta en común de la información obtenida son, entre otros, factores esenciales para fomentar la reflexión, el espíritu crítico y la participación.

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Cómo citar este artículo:
López-De-Quintana, Eugenio. «Expectativas y carencias en las visitas docentes a centros de documentación y bibliotecas: la oportunidad perdida». Anuario ThinkEPI, 2014, v. 8, pp. 56-58.

One Reply to “Expectativas y carencias en las visitas docentes a centros de documentación y bibliotecas: la oportunidad perdida”

  1. LA VISITA ES UNA CLASE
    Por María-Isabel García-Rubio

    No puedo estar más de acuerdo con Eugenio. Y poco puedo añadir a tan brillante exposición, salvo mi opinión personal.
    Es innegable, las visitas han perdido el carácter de actividad docente reglada. Y lo cierto es que han perdido esta peculiaridad debido a la falta de implicación de todas las partes implicadas en el proceso, lo que ya es triste.

    Si nadie tiene interés en programarlas, pues es inútil continuar y ni siquiera considerar su existencia. ¿Qué perdemos? Pues ni más ni menos que la posibilidad de enriquecernos todos: los docentes al tener la oportunidad de mostrar el lado práctico de la asignatura; los alumnos al poder tener un profesional que les muestre cómo se gestiona la información día a día; y los profesionales que reciben la visita, tener la experiencia de contrastar la dinámica, que muy a menudo se torna “estática”, al estar alojados en la zona de confortabilidad de la rutina. Pero si estas ventajas no se perciben y no se transmiten como tales, no vale la pena continuar.

    Si en algo he insistido tanto en mi lado profesional como en el docente, ha sido en lo imprescindible de la planificación. Raras veces improvisar da resultado. ¿Qué objetivo tiene la visita?, ¿es la institución a visitar la adecuada?, ¿qué podemos esperar?, ¿qué queremos obtener?, ¿qué podemos aportar?, ¿nos quieren recibir?, ¿qué información podemos extraer y canalizar como docentes?, ¿qué retorno obtenemos?

    La visita es una clase, y debemos revestirla de tal dignidad (sí, ya sé que la frase se las trae…pero si no lo tomamos así, nuestros alumnos tampoco lo harán).

    Al final, yo creo que lo que falla es el entusiasmo y la pasión por lo que hacemos. Es cierto que estamos ante un escenario desolador y terrible en muchos casos. Pero eso ya lo tenemos encima y no tenemos más escape que la formación, cada cual en su esfera y en su nivel. Teniendo en cuenta que la formación es un proceso de múltiples direcciones, y no un negocio (puede ser un trabajo, pero el que vea en ello negocio es que aún no percibe lo que está pasando).

    No podemos seguir desperdiciando talento, ni mucho ni poco.

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