Recientes fraudes científicos: la punta del iceberg

Estos últimos meses el mundo de la ciencia se ha visto convulsionado por un auténtico terremoto causado, esta vez, no por un deslumbrante hallazgo sino por un monumental fraude científico. Se trata, además, de un escándalo que ha traspasado los círculos científicos saltando a las páginas de la prensa y a las pantallas de televisión, para así convertirse en un fenómeno social que ha generado un importante debate público.

Nos referimos al fraude cometido por Woo Suk Hwang, un hasta hace un par de años oscuro veterinario surcoreano, que en 2004 anunció a bombo y platillo haber producido por primera vez en la historia células madre de embriones humanos clonados, y en 2005, haber extraído dichas células de la piel de pacientes enfermos, con lo que dichas células pueden usarse como fuente para regenerar todo tipo de tejidos, emplearse en trasplantes y en la curación de todo tipo de enfermedades degenerativas.

[Leer más…] El fraude en la ciencia: reflexiones a partir del caso Hwang

Cómo citar este artículo:
Delgado-López-Cózar, Emilio; Torres-Salina, Daniel; Roldán-López, Álvaro. «El fraude en la ciencia: reflexiones a partir del caso Hwang«. El profesional de la información, 2007, v. 16, n. 2, pp. 143-150.

13 Replies to “Recientes fraudes científicos: la punta del iceberg”

  1. LOS PROBLEMAS DE LA EVALUACIÓN DE LA ACTIVIDAD CIENTÍFICA

    Por Isidro F. Aguillo

    Muy interesante debate.

    Primero, señalar que este es un tema muy adecuado para Iwetel:

    Muchos de los problemas a los que asistimos en la comunicación científica derivan de un proceso incompleto y sesgado de evaluación de la actividad científica. Esto ocurre porque las técnicas bibliométricas ni son correctamente entendidas ni adecuadamente aplicadas. Y esto es en culpa parte de los bibliometras, que al fin y al cabo son profesionales de la información y por tanto caen dentro del ámbito de Iwetel.

    La difusión de las técnicas bibliométricas y su aplicación a la evaluación ha dado lugar al publica o perece, una estrategia donde el número de publicaciones parece más importante que su calidad. Y ahí podemos empezar a responder a la pregunta 1 de Emilio: ¿Es fraude unicamente publicar datos falsos, o tambien lo es duplicar la publicación en varias revistas, partir trabajos en trozos, construir artículos a base de cortar y pegar de terceros?. Si es así el fraude está mucho más extendido y las tecnicas bibliométricas dificilmente detectarían estas malas prácticas.

    En parte he contestado a la tercera pregunta. No hay evidencia de altruismo y afan desinteresado. En el último número de la revista Investigación y Ciencia se dice que hay catedráticos con factor h inferior a cinco. Es decir, que tras publicar los resultados de sus tesis han dejado de investigar. ¿Es esto fraude tambien?

    Por no extenderme mucho, habría que revisar también los sistemas de peer review y comento la pregunta 4. No conozco ningún revisor profesional, y me refiero a que cobre por realizar dicha labor. Extrañamente cuando las editoriales más dinero ganan, un elemento clave del proceso se deja a la buena voluntad del científico, que además puede tener criteros sesgados (amistad, odio, celos, …). Por otro lado, las motivaciones de espacio (precio del papel??) hacen que los artículos sean más cortos, sin gráficos y, por supuesto sin acceso a los datos originales. Es un milagro que en esas condiciones se pueda hacer una revisión correcta. La solución: la publicación electrónica, por supuesto.

    Respecto a la quinta pregunta, la evidencia abrumadora de prácticas endogámicas sugiere que el control debe realizarse de forma externa para mayor objetividad. Incorporando técnicas cualitativas los bibliómetras son posibles candidatos.

    Estas son algunas ideas a vuela pluma. Vuestro turno,

  2. RECURSO COMPLEMENTARIO

    Por Reme Melero

    Emilio en el siguiente articulo se dan cifras sobre fraudes detectados en la literatura cientifica en biomedicina durante el periodo 1966-99.

    Retractions 1966-99. Massimo Battaglia Institute of Neurobiology and Molecular Medicine, Consiglio Nazionale delle Ricerche, 00133 Rome, Italy.

  3. MÁS RECURSOS COMPLEMENTARIOS
    Por Álvaro Roldán López

    Como información adicional os recomiendo la consulta de los recursos y de la cronología del fraude que hemos publicado como material complementario a esta nota.

  4. LOS FRAUDES CON MINÚSCULA

    Por Emilio Delgado López-Cózar

    Reme, muchas gracias por la referencia bibliográfica; es muy pertinente para el tema que nos ocupa.

    Si nos atuvieramos a los datos que se desprenden de dicho trabajo el fraude es algo insólito en ciencia. ¿Qué significan tan solo 387 artículos retractados en la base de datos Medline en 34 años? Sale una media de 10 trabajos al año. Considérese que en dicho periodo Medline ha indizado casi 11 millones de trabajos. Por tanto, 387 artículo son unas gotas en el Océano.

    Estos datos coinciden básicamente con los suministrados por dos organizaciones dedicadas a la persecución del fraude científico: ORI y COPE. Así, la ORI entre 1993 y 1997 recibió en torno a 1.000 acusaciones sobre malas conductas científicas de las que fueron estimadas 150. COPE instruyó entre 1997 y 2001 tan solo 103 denuncias de faltas éticas de las que 80 fueron confirmadas.

    A mi entender estas cifras se refieren a los casos más llamativos de fraude: los FRAUDES CON MAYÚSCULAS (invención, falsificación o plagio). Estos no son muchos, aunque no afloran a la luz pública todos los que se producen.

    Lo grave a mi entender son los fraudes con minúscula (existencia de conflictos de interés que colisionan con los resultados de la investigación y que pueden alterarlos, autoria ficticia, publicación duplicada, publicación esterilizante…). Esos son incontables…

  5. LA MAYOR PARTE DE LOS FRAUDES NO SE DIFUNDEN

    Por Reme Melero

    Emilio: que no te extrañe: La documentación de los fraudes sólo se da cuando son bastante escandalosos o han salido en un medio muy popular. Con internet es más fácil pues una noticia puede volar en segundos. No obstante, y te lo digo como editor, muchos de los fraudes se detectan antes de que se publiquen y esos por confidencialidad entre autor y editor no se difunden. Por supuesto otros llegan a publicarse y se detectan despues de un tiempo, que varía en función de investigaciones posteriores. Recuerdo que en un congreso de peer review se hizo una comunicación sobre la evaluación de un trabajo ficticio pero lógico y de lo que se trataba era de ver la coherencia entre evaluadores y de analizar sus respuestas, no recuerdo exactametne las cifras, pero si que el porcentaje de referees que no detectaron el placebo fue inferior al que lo tomaron por trabajo original. Si buscas por retractions and science verás que salen mas casos, yo lo he hecho y de paso me he encontrado con esta comunicación:

    Phenomena of Retraction: reasons for Retraction and Citations to the Publications

  6. UN PROBLEMA DE PERCEPCIÓN

    Por Juan Carlos Borrás

    Es un problema de percepción pública, no un problema científico. Los mismos medios de comunicación que ensalzaron los espectaculares resultados (se lo tragaron, vaya) se encargan ahora de gritar fraude científico y extenderlo a toda la ciencia (¿a la Biblioteconomía también?). Pero a fin de cuentas son los mismos medios que derrochan titulares cuando se descubre un objeto estelar próximo y que aunque remotamente nos puede pasar cerca acaba siempre siendo presentado como amenaza de extinción. Se intenta popularizar, pero se acaba banalizando.

    El 99.9% de toda la investigación científica que está siendo llevada a cabo no está influenciada en absoluto por el lamentable episodio, que todo sea dicho
    demuestra que los mismos colegas son implacables. Un año desde la publicación hasta descubrir el pastel es ciertamente poco tiempo, probablemente porque
    todo lo relativo a investigación con células madre sea inmediatamente foco de atención.

    Eso de que se daban falsas esperanzas a los enfermos es demagógico: los enfermos no leen Science y aún haciéndolo, no se describían terapias en esos artículos. Pero es que aún haciéndolo trascurren años hasta que se aplican de forma corriente en hospitales.

    El problema desde mi punto de vista es que se toma lo impreso como dogma de fe y no como publicación científica. Se olvidan de que las bibliotecas están
    llenas de autores superados o de que el juez sobre la importancia de un descubrimiento es el tiempo y no los titulares de los diarios. Una publicación científica es una comunicación, no un tratado para la eternidad. Y en cada comunicación científica pueden haber desde gazapos a calamidades pero francamente vistos los últimos casos yo diría que el sistema de revisión entre colegas funciona aceptablemente bien siempre y que como ante toda instancia de letra impresa hay que abordar lo que se lee con un punto de criticismo. Y si uno no entiende el proceso de maduración en ambientes crioenergénicos con excitación catalítica involutiva por membrana secrecional y mutación inversoortopédica, cosa la mar de normal pues dicho artículo está dirigido a un millar de personas en este momento y como mucho, pues se calla, que tampoco pasa nada por muy prestigiosa (ja, ja como si el prestigio y el criticismo pudieran coexistir) que sea la publicación.

    Para casos de fraude, el caso Schön. Aquello si que fue patético desde el punto de vista científico-académico, pero a decir verdad más se mueren por accidente de coche en un fin de semana que por falacia escritas en una publicación científica. Así que los grandes titulares, los juicios atrevidos y las puntas del iceberg mejor guardadas, que una cosa es información y otra es espectáculo y/o entretenimiento.

    Un abrazo.

  7. POSIBLES CAUSAS DE LA PROLIFERACIÓN DE FRAUDES CIENTÍFICOS

    Por Emilio Delgado López-Cózar

    Isidro, planteas varias cuestiones que van al meollo del asunto del fraude.

    Estoy plenamente de acuerdo en que es el sistema de evaluación de la actividad científica uno de los causantes indirectos de la proliferación de fraudes científicos. Dichos sistemas solo conciben la ciencia desde el punto de vista de los resultados tangibles, y dentro de ellos, la publicación se ha convertido en el principal activo. Los científicos se ven ante una desmesurada presión por alcanzar y presentar resultados de sus investigaciones. Los científicos deben producir resultados inmediatos. Las instituciones donde trabajan así se lo exigen. Se les juzgará precisamente por ello. La presión por publicitar dichos resultados es
    tremenda: hoy los científicos perecen por publicar, porque publicar significa poder investigar.

    Ahora bien, las técnicas bibliométricas no son la causa sino la consecuencia del proceso. Quiero decir con esto que la responsabilidad de los profesionales de la bibliometría consiste en señalar las condiciones en que deben aplicarse los indicadores bibliométricos. Por tanto deben orientar sobre los usos y los abusos posibles.

    También coincido contigo en que la deshonestidad científica, tal vez fraude es un término mucho más grueso que debe ser reservado para los supuestos de invención, falsificación o plagio, está muy extendida. Y esos supuestos que señalas están a la orden del día. Basta con vivir dentro de la comunidad científica para tener constancia de ello.

    Respecto al peer review, es acertado señalar la contradicción entre un modelo de publicación basado en el negocio y el beneficio y unos actores (especialmente los revisores) que no reciben ningún estipendio por ello. De lo que no estoy plenamente seguro es que la profesionalización de las actividades de revisión pudiera conducir a mejores resultados.

    En cambio, y en eso discrepo, creo que la publicación electrónica no es el bálsamo que curará todas estas heridas. Durante un tiempo yo creí, como tú, que la publicación electrónica podría mejorar por sí sola el proceso de revisión dado que al no estar limitada por la tiranía del espacio (propio de los documentos en papel) permitiría que el conocimiento científica pudiese ser verificable al ofrecer de manera precisa y pormenorizada los detalles metodológicos de una investigación.

    Pero el caso Hwang nos ha enseñado precisamente como la publicación electrónica ni ha mejorado el proceso de revisión ni ha impedido el fraude por sí sola. Los detalles metodológicos del trabajo eran publicados en Science en ficheros adjuntos a los artículos (1 y 2). Dichos ficheros han estado a disposición de todos los especialistas y científicos del mundo y nadie fue capaz de detectar nada malo y eso que ya había sospechas
    circulando. La conclusión es clara: ni el peer review ni la publicación electrónica son filtros infalibles en la detección del fraude, aunque ciertamente lo dificultan.

    Bueno, no me extiendo más y te agradezco tus sugestivos comentarios.

  8. EL PAPEL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MASAS

    Por Emilio Delgado López-Cózar

    Juan Carlos, pones encima de la mesa un tema de sumo interés: ¿qué papel juegan los medios de comunicación de masas en la magnificación del fraude científico? pero por extensión las reflexiones son válidas para juzgar su papel en la difusión de la ciencia y en como esta llega a la sociedad.

    Totalmente de acuerdo contigo en que los medios han actuado en este caso, como en otros muchos, no como fiel reproductor de la realidad sino que han
    sido un altavoz que ha distorsionado el sonido y la imagen de la ciencia. No hay espacio para reproducir aquí lo que decían los periódicos en junio-agosto cuando empezó a propagarse la noticia de los supuestos descubrimientos y lo que han dicho despues. A título de ejemplo, sirva el arranque que El Mundo dedicaba a Hwang el 3 de agosto de 2005:

    …Para entrar en el laboratorio de la Universidad de Seúl donde se está transformando la forma en la que la vida es creada (…) El pasado mes de octubre, tras lograr la aprobación del Gobierno de Seúl, el laboratorio reanudó los experimentos. Hay que recuperar el tiempo perdido. Hwang y sus cerca de 40 colaboradores, la mayoría jóvenes científicos coreanos que le veneran, trabajan siete días a la semana en jornadas de 12 horas. No hay tiempo para la familia -el profesor apenas ve a su mujer y sus dos hijos- cuando se está convencido de estar en plena misión por salvar al mundo de las enfermedades incurables del siglo XXI…
    El Mundo

    El mismo periódico que lo ensalzó lo condenó al fuego eterno. Y lo hizo con los mismos TITULARES GRANDILOCUENTES.

    En este sentido, hay que ser muy críticos con los medios de comunicación. En su deseo de vender información (y eso y solamente eso son las noticias)
    están dispuestos a idealizar la labor científica y a magnificar los potenciales efectos de los descubrimientos. Las noticias relacionadas con las celulas madres venden tanto como el fraude que pueda cometerse con ellas. Un científico mintiendo es una gran noticias, y más si se trata de un asunto que puede, a la larga, ayudar a curar enfermedades y que, además, plantea conflictos morales a un importante sector de la sociedad.

    Ahora bien, no sé en que datos te basas, aparte de tu respetable opinión claro, para afirmar que el 99,9% de la investigación científica está libre de pecado. Sin duda, estoy contigo en que la mayoría de los científicos no cometen fraude con mayúsculas (invención, falsificación o plagio) pero que muchos incurren en deshonestidades y en comportamientos fraudulentos que no te quepa duda. Y ahí van datos empíricos, no opiniones, para demostrarlo:

    • El 33% de los 3.247 investigadores con proyectos financiados por los National Institutes of Health de USA que respondieron a una encuesta realizada en 2002 reconoció haber incurrido en una conducta deshonesta. El 15,5% reconoció abiertamenta haber cambiado el diseño, la metodología o los resultados de su investigtación por presión del organismo financiador de la investigación. Martinson B, Anderson M, de Vries R. «Scientists behaving badly». Nature. 2005;435:737-738
      • El 56% de los 194 médicos de hospitales de la región de Mersey en el Reino Unido encuestados en 2000 habían observado algún tipo de conducta deshonesta. El 11% tenían conocimiento de primera mano de investigaciones en las que se habían alterado o inventado datos de cara a su publicación. El 37% había tropezado con problemas en la correcta asignación de autoría y el 29% había visto omitidos sus nombres de trabajos de los que se consideraban autores. Geggie, D. «A survey of newly appointed consultants attitudes towards research«. J Med Ethics 2001 27: 344-346
      • El 36% de investigadores noveles de la Universidad de California en San Diego encuestados habían sido testigos de conductas científicas y, lo que es más sorprendente, el 15% estaría dispuesto a omitir o inventar datos si es necesario para conseguir financiación para un proyecto o la publicación de un artículo. Kalichman M, Friedman P. «A pilot study of biomedical trainees perceptions concerning research ethics». Academic Medicine 1992;67:769–75
      • El 18% de los investigadores biomédicos noruegos encuestados habían estado estado expuestos a una situación de conducta deshonesta, el 27% conocían uno o más casos de fraude, aunque el 42% declaraba que estos casos no eran de conocimiento público Jacobsen G, Hals A. «Medical investigators views about ethics and fraud in medical research». Journal of the Royal College Of Physicians Of London 1995;29:405″

      Podría suministrarte más resultados de investigaciones cientificas que demuestran que la ciencia no es tan pura como tu defiendes. Pero como apunte es suficiente.

      Por consiguiente, no es un problema de percepción pública. El problema es real y me ratifico, el caso Hwang es la punta de iceberg (lo que se
      ve). Sin duda esto es lo más explosivo pero no lo más corrosivo para ciencia.

      Y efectivamente, el público no lee SCIENCE, lo que ve es los telediarios de la BBC, CNN, TVE y lo que lee es el WASIHINGTON POST, el NEW YORK TIMES, el PAIS, el MUNDO, el IDEAL DE GRANADA O el FARO DE MOTRIL (por cierto en todos ellos se han publicado páginas y páginas sobre el caso). Y en todos ellos, unos más abiertamente que otros, se les da a entender que las enfermedades se van a curar, cuando como tu muy bien apuntas tardarán años antes de que estos descubrimientos puedan aplicarse realmente. Y el público, que no es investigador como tú o como yo, se CREE esas cosas.

      Y, por supuesto, lo que no se puede sostener, a la vista de este caso o de otros, como el de SCHON (que engañó reiteradamente en varios artículos a Nature y Science) es que el sistema de revisión por expertos funciona aceptablemente bien siempre. Eso no es verdad.

      Afirmo y lo hago de nuevo con datos que el arbitraje científico (peer review) no sólo no es capaz de detectar el fraude (algunos piensan que realmente no es su función) sino que ni siquiera puede garantizar la fiabilidad y validez de los resultados. Muchos son los casos de fraude que han evidenciado la verdad de esta afirmación (Darsee, Slutsky, Schön…), muchos los experimentos que han demostrado la inoperancia del sistema (el escándalo SOKAL, Peters y Ceci 1982, Epstein 1990, Campanario 1993, 1995. 2002) y muchas más las investigaciones que han puesto al descubierto los defectos del arbitraje científico (Armstrong 1997 o los trabajos que vienen publicándose desde 1989 en los congresos sobre peer review en Biomedicina).

      En conclusión, que ni esto es un espectáculo ni es entretenimiento es la punta de iceberg, para desgracia de todos. Pero, eso si, a pesar de todo
      la CIENCIA con mayúsculas progresa y lo seguirá haciendo.

  9. GENERADOR AUTOMÁTICO DE ART͍CULOS CIENT͍FICOS

    Por Mariela Vivancos

    Hola,

    He seguido vuestro hilo con mucho interés y me ha recordado un generador automático de artículos cientí­ficos del que oí­ hablar hace tiempo; puede quitar (o añadir) hierro al asunto:

    http://barrapunto.com/article.pl?sid=05/04/20/0753221

    Intentadlo, utilizad el generador, los resultados son asombrosos.

  10. UN «GENERADO» EN E-LIS

    Por Álvaro Roldán López

    Con ese generador se hizo un «artí­culo» de nuestra especialidad, un artículo que lleva colgado en E-LIS desde abril del 2005:

    Aversil Acuelo, Philippe (2005) An investigation of information retrieval systems.

    Tomado de Catorze, el blog de Javier Leiva Aguilera.

    Gracias por la aportación, Mariela.

  11. HAY POCOS CASOS DE FRAUDES PERO TIENEN GRAN REPERCUSIÓN

    Por Juan Carlos Borrás

    Eugenio y demás miembros de la lista,

    Mi afirmación sobre el caracter inmaculado del 99.9% restante es una apreciación particular, subjetiva, sin datos que lo corroboren y por tanto completamente fuera de lugar.

    Quisiera no obstante añadir dos apuntes breves:

    1. Entiendo como fraude la publicación de nadas. Esto es, la difusión pública o en círculos académicos de logros o avances inexistentes. Prácticas metodológias deficientes son otra cosa que no la tengo como fraude aunque sí como algo que me encuentro alguna que otra vez pero cuya crítica forma parte de mi rutina profesional como la del atleta que se mete 10 kilómetros por la mañana antes de desayunar. Comprendo, aunque no justifico, la actitud de aquellos que maquillan sus resultados para lograr financiación. Francamente ojalá y todos los delitos fueran como ése.
    2. Las revisiones de colegas, con todas sus deficiencias, son un buen método de filtrado y edición. Pero para los mismos editores y/o revisores, el principio de repetibilidad es en algunos casos imposible. En otro orden de cosas la rendición total e incondicional de datos, técnicas y herramientas empleadas y/o demostrativas a tal efecto es menos común de lo que sería deseable. Ésto último sería positivo para evitar y/o descubrir algunas inconveniencias científicas que aparecen en la prácticas.

    Finalmente reiterar mi opinión: el sistema dista de ser perfecto, pero por pura inercia los fraudes, que creo son poco comunes, acaban emergiendo. Que la calidad metodológica y/o expresiva, cuando no su contaminación por intereses de terceros, de las algunas publicaciones de hoy podrían ser de mayor calidad no me cabe la menor duda. Pero poner a la ciencia en su conjunto en entredicho me parece un poco atrevido. Personalmente abogo por atajar causas y no por demonizar consecuencias. Homenajeemos desde aquí a los ornitólogos, científicos todos ellos como el que más, y de los que nunca se ha oído una mala palabra.

    Saludos cordiales.

  12. EL CONCEPTO DE FRAUDE

    Por Emilio Delgado López-Cózar

    Juan Carlos, hoy más que nunca me sumo a tu homenaje a los ornitólogos. Con la gripe aviar hasta las televisiones se han acordado de ellos para que nos hablen de los flujos migratorios de las aves.

    Tu concepción de lo que es fraude resulta un tanto particular y en nada coincidente con la que es de dominio corriente en ciencia. La definición más aceptada es la propuesta por la Office of Scientific Integrity: Misconduct in Science means fabrication, falsification, plagiarism, or other practices that seriously deviate from those that are commonly accepted within the scientific community for proposing, conducting, or reporting research. It does not include honest error or honest differences in interpretations or judgments of data (http://ori.dhhs.gov/)

    No incluye, por tanto, sólo la invención de datos, sino también la falsificación, plagio y muchas otras desviaciones en el comportamientos científico. Algunas de ellas, que se han citado en anteriores mensajes,las puedes encontrar magnificamente reseñadas por Rosa Sancho o Rafael Bravo.

    Nadie considera que la deficiente calidad metodológica de un trabajo sea fraude. Eso simplemente es un mal trabajo científico. El fraude para que se produzca implica intención de engañar ya sea en el diseño, en la ejecución o en la difusión de una investigación. Maquillar datos, por mucho eufemismo que pueda tener la palabra, es una deshonestidad científica. Evidentemente si no consideras ningua de estas prácticas como fraude, ahora entiendo tu virginal y pura visión de la ciencia actual.

    Los datos que aporté en el anterior mensaje, y otras evidencias más, sugieren que el mal está más extendido de lo que parece. Y coincido plenamente contigo en que la revisión por pares funciona razonablemente. Aunque los defectos, constatados en numerosas investigaciones empíricas, son numerosos.

    Sin embargo, el caso Hwang nos enseña, de nuevo, como ocurrió en anteriores sucesos que el fraude fue destapado por los propios colaboradores o por personas ajenas a la investigación. Nunca fue detectado a tiempo por el sistema de evaluación por expertos. Por ello no es de extrañar que el último número de la revista The Scientist titule en portada Is peer review broken? (El caso de Hwang nos enseña, de nuevo, como ocurrió en anteriores sucesos que el fraude fue destapado por los propios colaboradores o por personas ajenas a la investigación. Nunca fue detectado a tiempo por el sistema de evaluación por expertos. Por ello no es de extrañar que el último número de la revista The Scientist titule en portada Is peer review broken?

    El arbitraje científico es lento, costoso, despilfarrador del tiempo de la comunidad científica, subjetivo, propenso al sesgo, sin capacidad para evitar los abusos de editores o revisores, no puede garantizar la fiabilidad y validez de los trabajos, es incapaz de detectar la fabricación, falsificación, el plagio (salvo que el plagiado sea el revisor) y el resto de las deshonestidades científicas. Si todo estoes verdad, y ha evidencias que lo prueban ¿para qué sirve entonces? ¿por qué
    lo seguimos utilizando? Las únicas certezas que poseemos es que este sistema sirve para reducir la avalancha de información, para mejorar la redacción de los trabajos, para enseñar a los autores a presentar sus trabajos de acuerdo con los cánones del método científico y para seleccionar algunos trabajos buenos y rechazar muchos trabajos malos. Y como conclusión del arbitraje científico solo podemos decir que cuanto más lo usamos menos nos gusta, pero cuando menos lo usamos más lo echamos en falta. Mayoritariamente se considera que, aigual que ocurre con la democracia, es el menos malo de los sistemas.

    Un abrazo,

  13. LOS TRAPOS SUCIOS SE LAVAN EN CASA

    Por Emilio Delgado López-Cózar

    Estoy plenamente de acuerdo contigo. La mayor parte del fraude no aflora, por eso es difícil conocer el tamaño del problema.

    La imagen angelical y beatífica que la ciencia posee, de un lado, y el descrédito que se cierne sobre las instituciones en la que los científicos trabajan o la mancha que cae sobre las publicaciones donde sus trabajos han visto la luz, hace que en la mayoría de las ocasiones los trapos sucios sean lavados en casa, sin luz y traquígrafos intentando evitarel escándalo.

Comments are closed.