La previsible agudización de la crisis en las bibliotecas públicas durante 2012

Resumen:
Se describe el aumento del impacto de la situación de crisis económica en España sobre las bibliotecas públicas. El objetivo es llamar la atención sobre los problemas que se producirán en 2012 en los servicios bibliotecarios, el personal, las colecciones y sus programas culturales y educativos. La política de reducción del déficit y el control de los presupuestos públicos causarán probablemente fuertes recortes de la inversión en bibliotecas. Se analiza este problema y la forma de afrontarlo, considerando que justamente ahora las bibliotecas públicas son más necesarias que nunca para los ciudadanos desfavorecidos.

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Cómo citar este artículo:
Gómez-Hernández, José-Antonio. «Previsible agudización de la crisis en las bibliotecas públicas durante 2012«. Anuario ThinkEPI, 2012, v. 6, pp. 55-61.

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  1. REIVINDICACIÓN DE UNA PROFESIÓN

    Como siempre, las opiniones que José-Antonio Gómez-Hernández comparte con nosotros, en esta ocasión a través de ThinkEPI, son muy acertadas y nos ayudan a reflexionar sobre cómo nos ve la sociedad y valora nuestros servicios. Si en época de bonanza no hemos sabido trasladar la importancia de las bibliotecas y reivindicar auténticas políticas estructurales que vayan más allá del gasto en fastos costeados por un bolsillo lleno, en un momento de crisis como el actual nuestras vías de financiación están menguando de forma alarmante. La tijera se está ensañando con la cultura y como profesionales de la misma debemos decir NO, o intentar dar a conocer nuestros puntos de vista.

    Y el problema de fondo es que no acabamos de saber reivindicar nuestra visión del problema, quizás demasiado bibliocentrista, pero es la nuestra.

    Por ejemplo, como indicas en tu artículo, no hemos sabido incorporar plenamente al ideario del movimiento 15M las cuestiones relacionadas con bibliotecas, a pesar de que algunos bibliotecarios hemos simpatizado y hemos seguido muy de cerca el fenómeno sabiendo que pueden ser unos buenos aliados para la estrategia de la transmisión viral de nuestra visión de las bibliotecas.

    Verdad es que nosotros, como parte interesada, tenemos una visión quizás demasiado bibliocentrista y podemos equivocar el punto de mira. La sociedad, como el político, prioriza. Y hay muchas cosas que se ven más importantes que las bibliotecas. Pero ahora es el momento de reivindicar por parte de los profesionales de la cultura el que la crisis no puede ser excusa para todo.

    Recientemente podíamos escuchar a Rogelio Blanco, Subdirector General del Libro en el encuentro «Maneras de Leer» que «una sociedad lectora es más libre, más democrática y no entiende de recortes…». Yo pensaba para mis adentros que vaya annus horribilis que llevamos, y el que viene se presupone aún peor.

    En nuestra Comunidad, el recorte ha sido tal que, por ejemplo, las bibliotecas gestionadas por la Junta de Andalucía han recibido 0 euros para adquisición bibliográfica para este 2011…, amén de un sin fin de rebajas en el resto de capítulos presupuestarios que han llevado a cerrar por las tardes en verano unos servicios que siempre habían apostado en Andalucía por horarios amplios de apertura para las bibliotecas.

    Es importante que los profesionales nos quejemos, pero aún es más importante que contagiemos a nuestros usuarios y les prestemos nuestras gafas de ver el problema, un problema que es común, y si acaso más del usuario final. Esto se ha conseguido, aunque de manera más bien testimonial y tímida, por algunos-muchos usuarios de bibliotecas andaluzas como recogía en un reciente post que publiqué en el blog de la Asociación de Amigos de nuestra Biblioteca:

    Los usuarios de Cádiz capital se sentaban los viernes por la tarde con su silla y su libro a la puerta del edificio de la Biblioteca Provincial, cerrada a esas horas por imperativos de la contención del gasto. Os animo a que veáis el vídeo que subieron en Youtube, y el simpático cartel del «perro del perro-flauta» con un libro entre las patas (sic). También en Sevilla y en Córdoba se han promovido recogidas de firmas que se han trasladado a los responsables políticos.

    Como profesionales es clave que nos aliemos con nuestros usuarios, bajar a la arena y explicar a través de todos los medios, especialmente los que nos proporciona el feedback de las redes sociales (Twitter, Facebook), cuál es la situación y cómo está afectando la crisis a las bibliotecas. Porque para este viaje sí hacen falta alforjas y nuestras alforjas deben ser los usuarios.

    Sobre el papel del compromiso de los profesionales, podéis también echar un vistazo a las reflexiones que tuve la oportunidad de compartir con José-Antonio en una mesa redonda celebrada en Sevilla el pasado mes de mayo con el título de «Las bibliotecas en tiempos de crisis» (una jornada más…), organizada por la Aapid (Asociación Andaluza de Profesionales de la Información y la Documentación).

  2. ASAMBLEA CONTRA LA PRIVATIZACIÓN DE LA CULTURA

    En Madrid ya nos estamos organizando, acaban de llegarnos las actas de la Asamblea contra la Privatización de la Cultura y, a partir de ellas, hemos redactado estas pequeñas conclusiones. Esperamos que os interese y podáis asistir a la próxima que se celebrará el lunes 10 de octubre a las 19h30.

    Tras las presentaciones iniciales de los/as asistentes, se hizo un resumen de las reuniones anteriores de esta asamblea contra la privatización de la cultura.

    Entre los asistentes se encontraban compañeros/as de la Asamblea Popular de Arganzuela, Bibliosol, narradores/as, escritores/as, otros/as compañeros/as de la asamblea popular del barrio de los Austrias, de la Biblioteca Nacional, bibliotecarios/as de bibliotecas públicas, de empresas contratistas como Indra, de la Conserjería de Deportes (Imder), de museos del Ayuntamiento de Madrid, de la Biblioteca de San Fernando de Henares y de la Biblioteca de Guadalajara.

    En cuanto a la Biblioteca Nacional, se comenta el tema de la situación de precariedad de los 482 trabajadores/as externos/as en cesión ilegal, de la constitución de la asamblea de trabajadores/as en esta institución y de la necesidad de organizarse contra la cesión ilegal y las represalias que están sufriendo y los despidos masivos.

    Tras debatir sobre la situación de otras bibliotecas públicas, museos, polideportivos y servicios culturales de distinta índole, se propone centrarnos en el ámbito de cultura.

    Se habla del 40% más de gasto público en la contratación de empresas que gestionan las actividades culturales y se enumeran los puntos en los que incidir para explicar a los/as usuarios/as y trabajadores/as de la cultura la pérdida de calidad en el servicio cultural con la privatización, que no es a causa de los/as trabajadores/as; el servicio pierde calidad dadas las prioridades de la empresa contratista y las condiciones laborales de los/as trabajadores/as, que pierden contacto directo con la biblioteca al tener que tratar con un intermediario que toma decisiones empresariales, empeorando los servicios y la comunicación a la vez que aumenta la precariedad laboral, con muchas situaciones de cesión ilegal. Además, hay que transmitir la idea de que la Cultura se trata de un servicio público y no privado.
    Se lanzan diferentes ideas sobre las que trabajar:

    – La calidad del servicio baja porque la gestión pasa de ser pública a privada. La empresa privada puede llegar a decidir horarios, compra de libros, cobrar o no a los/as usuarios/as; en definitiva, deciden sobre qué contenidos vamos a leer y a poner a disposición del público.
    – El problema es que nos están cambiando el modelo. La ideología es la que va a marcar el sistema y eso puede ser peligroso. Una institución religiosa o empresarial podría decidir qué Cultura consumimos.
    – Hacer llegar a la gente que nos quieren cambiar un sistema por otro y el que nos quieren vender no es válido.
    – Hay bibliotecas que no están privatizadas, pero sufren recortes de hasta el 50% de presupuesto de compra en material. Por ejemplo, de 150.000 a 75.000 euros y se anuncian más recortes (Biblioteca de Guadalajara).
    – Muchas bibliotecas de Madrid están bajo mínimos de personal, dándose el caso de que a veces hay personal de seguridad ofreciendo el préstamo de libros o bibliotecas donde no hay un director en turno de mañana. Un compañero comenta que en su biblioteca no pueden atender todas las salas (de ordenadores, lectura, etc.) ante esa falta de personal.
    – La crisis es una excusa para eliminar servicios públicos.
    – Línea reivindicativa: que todos los/as trabajadores/as sean contratados por empresas públicas.
    – La privatización es una ideología: Hay un odio a lo que es gratis.
    – Mentalizar a la gente de que no hacer nada tiene una responsabilidad.
    BiblioSol: biblioteca para todo el mundo (otra forma de lucha). Asambleas (Plaza Descalzas). Casablanca (Biblioteca).

    Se reflexiona también de la tendencia a desprestigiar lo público y a los/as empleados/as públicos. Hay que luchar contra esto también.
    Propuestas de trabajo:

    – Recopilar casos de servicios públicos privatizados.
    – Datos estadísticos de proporción de desvío de capital público a empresas contratistas privadas.
    – Informar a los/as ciudadanos/as sobre estos temas, argumentándolo.
    – Redacción de un manifiesto.
    – Trabajo en los barrios para aportar datos y experiencias.
    – Se proponen acciones de protesta en próximas fechas.

  3. LA RESPUESTA DEBE SER CONJUNTA, NUNCA EN SOLITARIO

    Como siempre, las palabras de José-Antonio Gómez-Hernández son la expresión de lo que el colectivo bibliotecario tiene en mente, pero que no sabe o no puede expresar.

    Desde esta perspectiva, hay que agradecerle que sea él quien dé el primer paso y nos sirva de revulsivo o impulso para dar a conocer nuestras opiniones, puntos de vista y enfoques sobre cuestiones de actualidad bibliotecaria. En esta ocasión, un tema de gran interés para las bibliotecas por las repercusiones que tiene y puede tener en un futuro más bien cercano, el cual, forma parte -¡qué casualidad!- de un texto que estamos preparando mi compañero Antonio Díaz y yo sobre el impacto de la crisis actual en las bibliotecas públicas, de las posibles alternativas existentes para sortear la situación, mostrando el trabajo que al respecto hemos desarrollado en estos últimos años en las bibliotecas municipales de San Javier (Murcia), donde hemos intentado trasladar el dicho de “bueno, bonito, y barato” al servicio ofrecido a los ciudadanos. Pronto tendréis noticias de este trabajo.

    Dice José-Antonio que, sin ánimo de ser alarmista, pesimista o catastrofista, sus palabras pretenden poner de relieve las dificultades que se abalanzan sobre el ámbito bibliotecario. Creo que es bueno dar a conocer esta situación aunque pueda desprenderse de sus palabras cierto alarmismo, pesimismo o catastrofismo. Creo que es bueno enfrentarse desde un principio a la cruda realidad, mostrar qué tenemos por delante -aunque sea muy sombrío (cierre de bibliotecas, reducción de horarios, supresión de servicios, reestructuración o eliminación de espacios bibliotecarios y/o de puestos de trabajo,…)- y comenzar a pensar desde ya qué puede hacerse. Porque pienso que aún hay margen de maniobra.

    El colectivo bibliotecario ha dado muestras de reacción ante situaciones adversas (véase, por ejemplo, la respuesta del mundo bibliotecario ante el canon por el préstamo de materiales en bibliotecas) y ha ideado maneras -muchas veces realmente ingeniosas- para demostrar su valor, su utilidad y su impacto beneficioso en su comunidad (en 2006, se publicó un artículo muy sugerente en la revista electrónica BiD donde se enumeraban hasta 50 ideas para sorprender desde la biblioteca pública, que bien podría servir de referente y de estímulo para actuar en tiempos como los actuales).

    Y hablo del colectivo bibliotecario porque la respuesta debe ser conjunta, nunca en solitario. Los tiempos en que las bibliotecas y sus profesionales hacían “la guerra por su cuenta” pasaron a la historia. Ahora, hay que actuar en conjunto, es la mejor forma de reivindicarnos y reivindicar el servicio que prestamos. Y en esta “lucha conjunta” hay que saber llegar a la ciudadanía, solicitar y conseguir su colaboración, hacerles ver que nuestros problemas son sus problemas porque tarde o temprano afectará a la calidad del servicio que se les ofrece.

    José-Antonio Gómez-Hernández habla acertadamente de situar en el debate social la gravedad de los recortes en bibliotecas y propone la celebración de encuentros -no estrictamente profesionales- en los que tengan cabida toda la comunidad, donde todos expresen sus inquietudes y opiniones, donde se formulen ideas y propuestas de acción conjunta.

    Me parece una idea excelente. Algo similar comparte con nosotros Marta Bascuñana sobre lo que se pretende hacer en Madrid ante los abusos, privatizaciones y recortes que están sufriendo numerosos servicios públicos culturales.

    Soy consciente de que lo que se nos avecina va a ser duro y difícil de llevar. Pero la pasividad no es la solución. Ahora más que nunca hay que mantenerse activos, ofrecer bibliotecas dinámicas -aunque sea en versiones más austeras y artesanales-, y buscar alianzas y colaboraciones con nuestra comunidad, con asociaciones locales, servicios municipales, entidades sociales, etc. para seguir ofreciendo servicios que tienen una gran repercusión entre la ciudadanía.

    En este sentido, la opción del voluntariado me parece una opción más -no la única-, aunque hay que saberla gestionar con inteligencia (no hay más que ver lo que se piensa al respecto por el colectivo bibliotecario en el debate generado los últimos días en Iwetel); el voluntariado no debe suponer sustituir personal bibliotecario, debe suponer reforzar servicios, siempre bajo la supervisión, orientación y control del profesional bibliotecario.

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