El debate de la formación universitaria en ByD: más allá de Bolonia

Resumen:
En un momento de cambios en la universidad española por el proceso de Bolonia se hace necesaria una estrategia de posicionamiento de nuestras titulaciones que den respuesta al cambio profesional al que estamos asistiendo. La flexibilidad y la cooperación con otros campos aparecen como claves en el diseño de los programas formativos en la universidad. Las tendencias en este sentido a nivel internacional así lo demuestran.

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Cómo citar este artículo:
Tejada-Artigas, Carlos. «Formación universitaria en biblioteconomia y documentación: más allá de Bolonia«. Anuario ThinkEPI, 2010, v. 4, pp. 44-52.

10 Replies to “El debate de la formación universitaria en ByD: más allá de Bolonia”

  1. LA CREACIÓN DE UNA IMAGEN PROFESIONAL FUERTE

    Por: Julián Marquina

    Muy buen artículo el que escribes Carlos, pero leo en él una visión pesimista enfocada a los estudios universitarios de biblioteconomía y documentación (nuevo Grado en información y documentación), y no digo que no sea así…

    Habría que llevar este estudio en otra visión más positiva1, mostrando las ventajas de estudiar el nuevo grado y dejando atrás nuestros puntos más débiles (los cuales tienen todas las carreras).

    Ahora que viene “Bolonia” y van a haber cambios en todas las titulaciones es cuando tenemos que mostrarnos y publicitarnos mejor que nadie para atraer a los futuros estudiantes hacia nosotros. Tenemos que vendernos a ellos y decirles lo bueno que puede ser estudiar el Grado y crearnos una “imagen profesional fuerte”. Está claro que esto también habría que hacerlo con las empresas y decirles lo bueno que sería tener un profesional de la información y la documentación en su empresa.

    En cuanto a la bajada en matriculación en los estudios tienes toda la razón, al igual que el empleo está bastante mal dentro de nuestro campo2, así que esperemos que todo esto cambie con el Grado, donde ya se ha eliminado la palabra, bonita palabra, de biblioteconomía y que tanto podría asustar, o no gustar, a los futuros estudiantes.

    En el planteamiento de los nuevos estudios habría que darle más importancia a las nuevas tecnologías (lo siento no he tenido tiempo de ver los nuevos programas del Grado, pero estoy seguro que las NNTT ocuparán un puesto fundamental en él) incluyendo asignaturas de digitalización (con mucho futuro) y creando una clara orientación hacia la empresa privada, las bibliotecas escolares y la implantación de diversos canales de comunicación entre biblioteca y usuario (blogs, servicios online, vídeos…).

    Los nuevos estudios tienen que ser multidisciplinares (obligatorio) y así tendremos mayor posibilidades de promocionarnos dentro de la sociedad y de encontrar nuestro hueco en ella. Hacernos fuertes y demostrar lo que valemos y lo que podemos hacer.

    Quizás peco siempre de optimista… pero siempre me ha gustado ver así la vida.

    1. Profesionales de la documentación: 10X10=100% en efectividad y las 14 razones para estudiar ByD de la UC3M.

    2. Perspectivas profesionales de los diplomados y licenciados en Biblioteconomía y Documentación.

  2. EL PAPEL ESTÁ MUY BIEN, PERO LA REALIDAD ES LA QUE ES. EL TREN NO ESPERA

    Por Francisco Tosete

    Francamente interesante las ideas que planteas Carlos. Algunas reflexiones, más basadas en torno a mi propia experiencia y, por ende, de visión o alcance limitado, pero creo que aun con todo, asimismo interesantes:

    – Los departamentos de biblioteconomía y documentación asícomo las carreras relativas a biblioteconomía y documentación deberían cambiar de nombre y de currículo formativo como de hecho algunas ya lo están haciendo. En mi opinión debería incidirse en una denominación genérica como Información y Documentación o incluso en alguna otra de más amplio o largo recorrido como Nuevas Tecnologías de la Información (grado en…, máster en…, Departamento de…).

    – La formación en informática es simple y sencillamente esencial e imprescindible. No sé si sería pertinente incorporar pogramación pura y dura al currículo básico (Jose Ramón seguro que me diría que sí, sin lugar a dudas, pero como mínimo, incidir en gestión y producción de bases de datos, en lenguajes de marcado de información prestando especial atención a los estándares desarrollados por el W3C o lo más importantes, en metainformación, en producción de taxonomías y ontologías, en lenguajes documentales (todo lo que tenga que ver con la Web Semántica), con el SEO, con la analítica web, con la información accesible y la accesibilidad, etc., creo que es imprescindible e inaplazable. Han de tener presencia y más peso en los currículos formativos.

    – Las bibliotecas y los archivos como centros que pueden dar cabida a los actuales y futuros titulados en nuestra disciplina tienen hoy día una capacidad mínima e irrisoria para absorber a los mismos. Quizá con la tremenda caída de matriculados en nuestras facultades esto cambie un poco en los próximos años pero ahora mismo, en España (desconozco como estará el tema en otros países), no se da esta situación, ni creo que desafortunadamente, se dé en un corto/medio plazo.

    Los centros de documentación y cualesquiera otras unidades de información en empresas privadas tienen una tremenda necesidad de profesionales cualificados que les ayuden en su día a día y no lo saben. El otro día me comentaba una amiga que se había incorporado al departamento de documentación de una empresa cómo funcionaba el tema por allí, en base al know how adquirido a lo largo de los años por la gente que llevaba toda la vida en plantilla y que tenían carencias formativas realmente importantes que hacían que el trabajo se abordase como se abordaba y el resultado fuera el que era. No vamos a reabrir de nuevo el melón del debate del marketing y de lo mal o bien que nos vendemos pero lo que es también otro hecho, es que hoy, 22 de junio de 2009, en plena era de la información (denominarla del conocimiento es risible), en la empresa privada no se nos conoce, no se sabe qué hacemos ni a qué nos dedicamos, ni lo que podemos aportar.

    Algunas posibles soluciones, en mi opinión, pues ya las he comentado en alguna que otra ocasión: los titulados que blogueen, cuanto más mejor sobre aquello a lo que se dedican, las asociaciones y colegios profesionales que hagan campañas intensivas sobre la profesión en la medida de sus posibilidades y recursos, y las facultades y departamentos que promuevan una mayor colaboración con la empresa privada y con las Administraciones públicas. ¿Más ideas?

    – En cuanto a la remodelación de los currículos formativos en las universidades, creo que huelga comentarlo pero no es tan fácil, ni sencillo, ni simple como decirlo o desearlo. Las plantillas de los departamentos actuales están consolidadas y los profesionales que imparten la formación en ellos tienen su propia formación y sus propias trayectorias académicas e investigadoras. Me consta que el trabajo que hacen es, en muchas ocasiones y aunque se diga lo contrario, titánico, meritorio y digno de elogio, y que constantemente se están reciclando en su formación. Cuesta mucho, mucho, ser flexibles (qué poco me gusta esta palabra por sus connotaciones) y el hecho de que trabajemos en el campo de las NNTT no puede obviarse en cuanto a lo bueno, que lo tiene y mucho, y en cuanto a lo malo, que también lo tiene para nuestros profesionales que imparten docencia universitaria.

    – Hay un campo tremendo, extraordinario y prácticamente virgen, desde un punto de vista documental, por explorar: la World Wide Web. Las materias y el currículum formativo, creo que deberían enfocarse cada vez más hacia todo lo que tenga que ver con la World Wide Web.

    Tim Berners-Lee, en su momento, propuso la creación de una carrera universitaria precisamente dedicada única y exclusivamente a la red de redes. Desconozco cómo quedaría esa iniciativa pero sinceramente, me parece francamente importante. Las empresas de base tecnológica españolas, las empresas ubicuas y las Administraciones públicas ubicuas necesitan profesionales formados en la World Wide Web. A ver cuándo comienzan a ofertarse oposiciones en los que se pidan perfiles como Arquitectos de información que, al menos en España, hacen mucha falta que se incorporen a las Administraciones públicas, porque vaya desastre de «Administración electrónica» que tenemos (de bibliotecas 2.0 ya, ni hablamos).

    – Y para terminar, voy a romper una lanza a favor de mi campo específico profesional. Se deberían incorporar a los currículo formativos disciplinas tales como la Arquitectura de la información, la Visualización de información y el Diseño de información. En buena parte, son el equivalente del siglo XXI a la
    biblioteconomía y documentación y están mucho más focalizadas hacia los actuales perfiles y demandas laborales.

    En España, aunque se ha avanzado espectacularmente en los 8 últimos años en estas áreas, siguen siendo prácticamente campos vírgenes por explorar (y sobre todo en lo que a I+D+i en Experiencia de usuario, en las empresas privadas, se refiere). Y en ellos, nosotros, tenemos mucho que decir y que aportar. En la última entrevista para incorporarme al siguiente proyecto en el que trabajo, la responsable del departamento que gestionaba ¿200 recursos humanos? quizá más, me preguntó qué tenía que ver la biblioteconomía y documentación con la Arquitectura de la información, que cómo había terminado trabajando en algo que, le parecía, no tenía ninguna relación.

    Cuando le explicaba cómo en el año 2000 era de las pocas personas en España que investigaban sobre el tema y a lo que me dedicaba se quedó francamente sorprendida, SEO, ontologías, estructuración de la información y organización, facetación del conocimiento… entre otras cosas todo ello es Arquitectura de la información en su esencia más pura y dura. Buena parte de lo que se enseña en los actuales currículo es Arquitectura de la información, aunque en mi opinión, debería dejar de focalizarse hacia un mundo y a unos productos documentales de papel que, día a día, pierden peso y preeminencia, para centrarse en el mundo digital, en los productos digitales, en la información digital y en los nuevos soportes digitales. Si no lo hacemos nosotros, otros lo harán.

    El papel está muy bien, pero la realidad es la que es. El tren no espera. Estas materias deberían incorporarse a los currículo.

    Como he dicho al principio, éstas no son más que algunas de las reflexiones que me surgen en torno a mi experiencia y visión personal y profesional, os toca…

  3. LA VISIÓN GLOBAL DE LA PROFESIÓN

    Por Oskar Calvo

    Me han parecido muy buenas y positivas todas las aportaciones que se han realizado desde que Carlos ha publicado el correo electrónico.

    Sí, digo positivas porque si queremos hacer algo hay que ver el problema realmente y es necesario partir de la visión real de la situación en la que yo veo que estamos, que no difiere mucho a como lo ha expresado Carlos.

    Siempre he defendido y defenderé que no es tan importante el salir sabiendo todo de algo, sino tener una buena base para poder crecer en cualquier ámbito de trabajo.

    Un apunte, en varias universidades de los Estados Unidos, para acceder a las mismas, te hacen un examen de ofimática, si no demuestras destreza en estas herramientas no puedes acceder a la universidad. ¿Tienen nuestros alumnos dichas nociones o son capaces de hacerlo todo con el msn y demás redes sociales?.

    Por otro lado, no puedo hacerme una idea de cómo es la carrera, para ello habría que analizar Escuela por Escuela las diferentes asignaturas, pero como dice el dicho, «todo tiene que cambiar para seguir igual», así que no creo que cambien sustancialmente en el fondo una vez haya llegado el Plan Bolonia.

    Desde mi punto de vista, más como profesional tanto autónomo como asalariado, he disfrutado de diferentes y variadas situaciones laborales, y la verdad es que siempre he necesitado re-formarme para las diferentes tareas a realizar. Con esto quiero decir lo que se ha dicho muchas veces, tenemos que ser flexibles, tenemos que salir de la concepción clásica de la biblioteca y el archivo, tenemos que ver la carrera y la profesión como un todo, porque si perdemos esta visión global…

    Esta visión global de la profesión, esta capacidad de adaptación es muy importante en el ámbito privado, donde cuando nos contratan no tenemos un curso, no tenemos un tutor o unas normas a seguir, muchas veces «nos sueltan en la arena» para que llevemos a cabo nuestras tareas y seamos capaces de desempeñarlas de una forma mucho más ágil y flexible.

    Y como ha escrito Francisco, creo que es muy importante salir con una formación más amplia en tecnología, y por tecnología no me refiero a manejar una red social, abrir un blog o elementos similares. Como profesionales esto debería estar en nuestra investigación, en nuestra formación constante.

    Lo que sí creo que deberíamos ser capaces de hacer, y lo comprobé en Fesabid en las dos charlas del Laboratorio de Software libre, donde los participantes fueron más del doble de lo que había estimado, es que como profesinales necesitamos ser capaces de «analizar herramientas» y para ello tenemos que tener una serie de conocimientos técnicos muy sencillos.

    Esto también lo estoy comprobando en los diferentes cursos que hemos impartido, donde me ha sorprendido a afluencia de profesionales que quieren adquirir competencias que no se les han ofrecido.

    Por cierto, el MIT tiene un Master enfocado a la Web, y haciendo un poco autopublicidad, y de ejemplo de lo que se demanda es el curso que desde Documentados estamos preparando, con el que queremos que el alumno:

    – Conozca las diferentes fuentes de información de software libre que existen por la web. Está claro que no damos los datos de todas las que hay, sino de las que nos parecen interesantes.

    – Entienda conceptos tan básicos e importantes como tecnología cliente / servidor y tecnología de escritorio.

    – Conozca, instale y sea capaz de usar estas herramientas: ftp, phpmyadmin, notepad++ /geany, apache, mysql (no programar), php (no programar).

    – Aprenda a instalar las herramientas que hemos escogido, y se vea capaz de configurarlas.

    Lo dicho, está bien hablar de teoría, pero la teoría también es conocer herramientas para ser capaces de evaluarlas y decidir cual es la óptima para nuestras necesidades.

  4. CARENCIAS EN LA FORMACIÓN UNIVERSITARIA DE ByD

    Por David López Domínguez

    Este es un tema de difícil solución bajo mi punto de vista. Realmente en las palabras de Carlos M. Tejada no veo pesimismo, no hay nada más real que reconocer claramente lo alejados que estamos del mercado laboral; consuecuencia directa de la formación recibida en nuestra Universidad. No creo que los futuros planes de estudios, enfocados hacia la convergencia europea, resuelvan este problema. Se trata de un problema de base, aunque se cambie el nombre de las titulaciones y de las asignaturas, sospecho que el contenido seguirá siendo el mismo.

    Para la formación de profesionales de gestión de la información o de gestión del conocimiento o como queramos llamarnos como profesionales, debe existir una plantilla de profesorado que esté continuamente poniendose al día, actualizando programas de asignaturas conforme avancen las tecnologías y necesidades de mercado, etc. El objetivo último debe ser acercar, lo más posible, el alumno recién titulado, al profesional que el mercado está demandando a gritos sin saberlo; y que por supuesto, no es un titulado en ByD de los que actualmente están saliendo de nuestras diferentes universidades.

    En este sentido, la participación de profesorado externo con amplia experiencia profesional en el mundo de la empresa privada, de la gestión del conocimiento, de las nuevas tecnologías, del software libre, etc., es fundamental en la formación del alumno de nuestra titulación. Al parecer este aspecto en el nuevo espacio europeo de educación superior queda bastante bien recogido, así que esperemos que hagamos buen uso del mismo y nuestros alumnos puedan ir perfilando sus curriculo, acercándose más, a un profesional completo y resolutivo. Sólo cuando consigamos que los titulados en nuestra área cubran esas expectativas de mercado será cuando debamos realizar una potente campaña de marketing que refresque nuestra imagen, de esta manera empezaremos a tener una identidad conocida y un reconocimento profesional por parte de la sociedad en general.

    Por otro lado, en los nuevos planes, debería hacerse especial hincapié en una serie de habilidades que también son altamente necesarias para nuestros profesionales: capacidad de trabajo en equipo, gestión de proyectos, creatividad, capacidad resolutiva, capacidad para generar ideas nuevas, participación activa en los procesos, capacidad de liderazgo en proyectos documentales, etc.

    Mi visión no es negativa, pero como titulado en documentación y profesional de área en activo, sigo visualizando muchas carencias en la formación universitaria en ByD que está acarreando esta huida de alumnos matriculados en nuestras titulaciones.

    En definitiva, nos falta enfoque y una buena adaptación al mercado laboral.

  5. LA REALIDAD LABORAL Y SOCIAL DE LA PROFESIÓN

    Por Luis Ángel García Melero

    Es francamente interesante el debate, pero el problema puede ser más profundo, en mi opinión. ¿Interesan realmente los centros encargados de organizar y difundir la información y documentación a la sociedad española y, dentro de ella, a los políticos?

    Estos centros (no me atrevo a escribir las palabras «biblioteca» o «centro de documentación») han mejorado muchísimo desde que comenccé mis andanzas profesionales en el último cuarto del pasado milenio, es decir, en 1974. Hoy, al menos, oigo a los jóvenes hablar por la calle de «voy a la biblioteca» » ¿Quedamos en la biblioteca?». Antes, ni eso. Pero, ¿van a utilizar las bibliotecas o a estudiar, a aprovechar un espacio que no encuentran en su domicilio?

    Me temo que los verdaderamente interesados en sacar el máximo provecho de los recursos informativos continúa siendo una minoría. Y no hablemos de los políticos actuales y pasados, salvo los que tienen que gestionar la política del libro y bibliotecas. Un/a alto/a cargo del actual gobierno, estuvo tentado/a de suprimir la biblioteca y el repositorio digital donde trabajo. ¿Motivo? Ahorrar dinero y una frase que ya he escuchado a varios individuos de la especie humana: «¿Para qué precisamos la biblioteca si todo está en Google?» Con esta sociedad y con estos políticos, ¿cómo se pueden mejorar los estudios de biblioteconomía y documentación?

    Esa es una realidad, lamentablemente. Otra es la consideración social y profesional que los bibliotecarios y profesionales de la información y documentación tienen en el sector público. La mayoría de altos cargos ajenos al mundo de la cultura y educación, desconocen la existencia de la diplomatura y licenciatura de biblioteconomía y documentación. Para ellos basta con funcionarios del grupo C1 (bachilleres superiores), lo que, de nuevo, me evoca la biblioteca de la UCM en la que trabajé desde 1979 a 1982. Y si eres un funcionario del grupo A1 (Licenciado), te ponen a realizar estricto trabajo administrativo, permitiéndose el lujo de devolverte un oficio remitido por e-mail para que corrijas un acento que falta. ¡Ay si protestas! ¡Te relegan a un tercer o cuarto plano y te ignoran con lo que perjudicas a la biblioteca o centro de documentación y a las personas que trabajan contigo!. En fin, no deseo desmoralizar más, pero los docentes y los discentes deben conocer más y mejor la realidad laboral de la mayoría de las bibliotecas y centros de documentación.

  6. LAS BIBLIOTECAS ANTE EL ESTADO ACTUAL DE LA PROFESIÓN

    Por Francisco Tosete

    Real como la vida misma lo que cuentas.

    En cuanto a la consideración social, pienso que el cambio de percepción de la figura del bibliotecario -curiosamente no pasa tanto con los archiveros, parece- por parte de la sociedad va a ser desafortunadamente costosa. Mientras se sigan asumiendo los mismos roles establecidos para el trabajo en la biblioteca según las categorías profesionales actuales y no se asuman nuevos roles por parte de bibliotecarios y bibliotecas con los cambios que ello implica a nivel político primero, económico después, y profesional por último (sí, hay que asumirlo y actuar en consecuencia), no vamos a avanzar mucho.

    Un debate sincero del estado actual de la profesión lleva siendo necesario desde hace mucho tiempo, y se ha venido soslayando hasta ahora en que nos está alcanzando una nueva ola que está barriendo todos los sectores que tienen que ver con el mundo de la información, cultura y educación. La ola digital, la ola de la World Wide Web y la ola de la ubicuidad.

    No somos el único sector que tiene «problemas» y que tiene que afrontar un cambio, y un cambio profundo.

    ¿Cómo está el sector de la música y en qué se está transformando? ¿Cómo está el sector del cine y hacia dónde va? ¿Cómo está la televisión y qué está pasando con ella? ¿Cómo está la prensa y los periódicos impresos y qué está pasando con ellos? y por último, a pesar de que para la Feria del Libro no exista una cosa que se llama libro electrónico, ¿cómo está el sector editorial y cómo va a estar de aquí a nada? ¿o acaso no circulan ya en digital por las redes P2P y en la propia World Wide Web cientos de miles de libros digitalizados? ¿Acaso a los directivos de Amazon les ha dado un «aire» y han decidido comenzar a perder millones y millones de dólares apostando por algo que se llama ebooks y Kindle? ¿Acaso Google está invirtiendo, en palabras del director general de Google Books España, cantidades escandalosas de dinero en digitalizar cientos de miles de obras para nada?

    Las bibliotecas no son lugares de estudio ni son lugares que tengan que estar abiertos las 24 horas en época de exámenes para los estudiantes. No. Las bibliotecas son, pueden ser y deben ser mucho mucho más. Las bibliotecas deben convertirse no sólo en bibliotecas y en «archivos» de colecciones de libros de papel (creo, y perdonadme la visión, que ya va siendo también hora de ir superando un poco esa concepción romántica de la biblioteca ligada al papel y a la «religión del silencio» si queremos cambiar un poco).

    Una biblioteca ha de ser, en primer lugar, una biblioteca, por supuesto, pero también ha de ser un centro de documentación para el ciudadano y para sus usuarios, un centro multimedia, un centro de información para los discapacitados y colectivos con necesidades informativas especiales con materiales y con soportes informativos digitales que les permitan superar la brecha informativa para formarse como personas porque tienen derecho a ello. Ha de ser un centro cultural que haga actos y actividades culturales, un punto de encuentro que atraiga a la gente a hablar como antiguamente las plazas de los pueblos, a compartir y a debatir, un lugar en donde se celebren conciertos, en donde se atienda a las demandas de la comunidad local y un portal abierto a la World Wide Web, con ordenadores en todos y en cada uno de los puestos de lectura con conexión gratuita a la Red. Un punto Wifi libre y una escuela para la Alfabetización en información de los ciudadanos.

    Unos cuantos nuevos roles que asumir, en algunos casos, y que potenciar en otros.

    La crisis está aquí. Y no sólo es económica. Es también de nuestro modelo social, educativo y especialmente y en lo que nos toca, informativo. Y es un buen momento para ir cambiando concepciones preestablecidas o asentadas a lo largo de años y años de inercia. Una cosa está clara, el cambio y el impulso tiene que ser triple dado que el ciudadano no creo que exija mucho a sus políticos más de lo que ya les está exigiendo. El cambio tiene que venir de la base, cuando se tome conciencia, el cambio tiene que ser político y económico. Se han de potenciar las bibliotecas.

    Complicado pero no imposible. Aun a pesar de mis vivencias y mi experiencia profesional no quiero creer que lo sea (llamadme iluso o utópico). Ya que estamos, me gustaría conocer opiniones y puntos de vista de algo que no es más que un futurible y por tanto tan estéril como discutir sobre el sexo de los ángeles, pero bueno, ya que está saliendo y que tiene su miga ahíva la pregunta:

    ¿Van a desaparecer las bibliotecas? ¿Qué pensáis?

    Por favor, que nadie se tome esto como un punto de vista tremendista ni pesimista. No lo es. Simplemente me gustaría conocer opiniones y puntos de vista. La mía -ya la he dicho dos párrafos más arriba- es que no, no van a desaparecer venga lo que venga. Van a cambiar. Lo cual por otra parte, no es que sea precisamente la predicción de Rappel.

  7. LA TECNOLOG͍A Y LA BÚSQUEDA DE LA DESINFORMACIÓN EN LAS BIBLIOTECAS

    Por Juan López

    Luis Ángel, noto un deje «derrotista» en tu mensaje. Muy lejos del entusiasmo en aquellos «lejanos» comienzos de los ochenta intentando organizar una biblioteca técnica con programas de fichas perforadas.

    Pero de alguna forma siempre es similar la difusión del conocimiento y proporcionar espacios para ello va cambiando según los tiempos (cómo no recordar los años de la carrera, que cuando querías pasar apuntes te ibas al bar porque en la biblioteca siempre habia gresca y 2-3 veces al día terminaba con los grises que acababan sacándote a porrazos). Claro la biblioteca solo valía para el prestamo e irte a «Teleco», que allá no solían entrar.

    En la biblioteca que gestionabas, a pesar de que el fondo era casi único, tampoco iba demasiada gente. Posiblemente por el desconocimiento de que se podí­a pasar sin problema alguno.

    Ahora tenemos una tecnología que ha acercado al usuario la búsqueda de la información y en muchos casos la desinformación. Quizás la evolución sea el establecimiento de criterios y metodologías para valoración de contenidos y discriminación de la calidad de la información. Y menos de gestión mercantilista.

    Esos políticos que comentas, lógicamente, serín del predicamento de «San Google Bendito» ya que arrimarían el escua presupuestario: ya que con la inversión de otros encuentro la información/desinformación, para qué voy a dotar de medios esa antigüalla llamada biblioteca. Y claro, cómo voy a potenciar un centro de información si no puede competir con Google.

    Pero no echemos la culpa a los políticos, porque cuando los ciudadanos nos acercamos a las urnas resulta que esto no lo valoramos.

    Para terminar, personalmente estoy a favor de la armonización que supondrá Bolonia, tanto en los estudios de ByD como en todo lo demás. Sinceramente creo que la evolución de la sociedad española ha sido positiva estos ultimos 30 años y no creo que nosotros solitos la hubiéramos realizado, más bien pienso que una parte fundamental ha venido por influencia del resto de Europa. Y con la universidad española, si no nos ayudan a que evolucione desde fuera, no lo haremos desde aquí.

    Como curiosidad, ¿no se os abren las carnes cada vez que salen las votaciones a rector, donde aún no ha llegado la democracia un votante/un voto, sino que hay pesos como en las Cortes de Franco?

  8. PROPUESTA DE MATERIAS PARA LOS ESTUDIOS DE ByD

    Por Mónica Caballo

    Bueno, pues vamos allá, y contribuyamos cada uno desde donde estamos o desde donde hemos acabado a partir de los estudios de ByD.

    Yo propongo asignaturas relacionadas con la:

    – Gestión del Conocimiento en las organizaciones.

    Desde mi experiencia en la empresa privada, es una disciplina de la que todo el mundo ha oí­do hablar pero de la que muy pocos saben de qué va realmente. Y es curioso, pues fijaos con qué tiene que ver (a ver a qué os suena…):

    «Knowledge Management is a range of practices used by organizations to identify, create, represent, and distribute knowledge for reuse, awareness, and learning across the organization». Vicki Amendola on Be knowledge-Able, June 2008.

    Intentaré humildemente dar unas pincelas sobre esta disciplina:

    En la privada, se encuadrarí­a dentro de la estrategia empresarial en la parte de organización empresarial, y en la Administración, pues con la administración electrónica, reutilización de la información, atención al ciudadano, búsqueda de la excelencia, mejores prácticas, eficiencia etc.

    Más o menos, dependiendo de cada caso concreto, podrí­a tener uno o varios de componentes y aspectos tan diversos como:

    – Gestión de Contenidos (ECM en la privada, o WECM si hablamos de formato o acceso web, y Gestión de contenidos pura y dura (CMS) en la Administración).

    El éxito de esta parte tiene todo que ver con lo que comenta Paco sobre la importancia de planificación intelectual del asunto (estudio de necesidades concretas para cada caso, identificación de tipologí­as documentales, tipos de información (desde e-mails hasta imágenes, no sólo texto, registros o documentos y por supuesto no sólo información «tangible», sino también la «intangible», actas de reunión, contenidos de contactos con clientes, etc.), identificación de formatos existentes/necesarios, contrucción de taxonomí­as personalizadas para su descripción, metadatos, métodos de recuperación, etc.

    – Organización de workflow o flujos de información «directamente relacionado con la BMP o Gestión de Procesos», imprescindible para la obtención de productividad real…). Aquí­ entrarí­a, en los casos de últimas tendencias, en el mundo más ideal y avanzado, toda la parte de instrumentos de comunicación interna 2.0 integrados en la propia organización (entorno de compartición de ideas, de información, Wikis, Blogs, chat, redes sociales internas, etc.) de manera que el conocimiento «fluya» de forma natural…

    Business Inteligence, Inteligencia competitiva, Inteligencia empresarial o vigilancia tecnológica (elegid el nombre que más os guste), de toda la vida: conocer qué hace el otro, la competencia, qué avances, formar grupos de Inteligencia sectorial, por ejemplo, olvidándonos de guardar para nosotros y compartiendo lo que es útil para todos (proveedores, contenidos, etc.), aunque salvaguardemos lo que nos diferencia de nuestros competidores. Súper necesario pensar con mentalidad del siglo XXI y no del XIX, claro.

    – Gestión del Know-How puro y duro (reutilización de la información ya existente, identificación de talento, quién sabe qué dentro de las organizaciones, diseminación de buenas prácticas, recolección de experiencia previa o cómo no reinventar la rueda a la vez que ahorramos costes), generación por ejemplo de plantillas de documentos de trabajo que ahorran tiempo y unifican, construcción de nuevos procedimientos (creatividad), por ejemplo de cara a la recopilación y clasificación de la información de forma unificada en toda la organización, asegurarnos de que sean conocidos y puestos en práctica por todos los usuarios, etc. Aquí­ estarí­a la tecnologí­a asociada a SGBDs, buscadores, descripción, inclusión en la intranet, en la Web lo que se decida, etc.

    – Gestión de records o lo que de toda la vida nosotros llamamos archivo histórico (en el siglo XXI es también o deberí­a ser electrónico…) con potentes sistemas de gestión documental, por ejemplo…

    – Biblioteca fí­sica y digital (identificación, adquisición y gestión de fuentes de información internas y externas de calidad, actualizadas, fidedignas, negociación de precios con proveedores, consorcios con empresas/instituciones de necesidades parecidas a la nuestra, etc. Aquí­ entrarí­a desde toda la parte tradicional de catalogación, descripción etc., hasta el componente tecnológico asociado a Gestión de bases de datos, Contenidos digitales, sistemas de alertas (DSI), gestión de usuarios internos y externos (permisos, accesos, etc.), también relacionado en parte relacionado con CRM o relación con clientes…).

    – Formación: a nivel interno, la formación de usuarios de toda la vida (cómo buscar en las bases de datos, cómo utilizar las herramientas informáticas, qué procedimientos existen en la empresa, etc.), y a nivel formación externa, potenciación de las habilidades y renovación de los conocimientos de las plantillas, potenciación del capital intelectual, captura de dichos conocimientos para lograr el ROI (retorno de la inversión) a la vez que amortizamos el gasto en formación y multiplicamos los efectos por cien «compartiendo ese conocimiento» con, por ejemplo, unas sencillas prácticas en las que quien va a un curso debe después compartir los materiales con sus compañeros o montar un seminario para dar un resumen a éstos, de manera que la empresa recupere en lo posible la inversión y la plantilla se beneficia, lo cual a su vez redunda en mayor productividad…).

    – Tareas relacionadas con Desarrollo de negocio, Business development o con Marketing y CRM (documentación comercial, folletos, publicaciones internas y externas, alertas de actualización a cliente via e-mail, etc.), relación con los medios, etc.

    – Toda la parte de estructuración y contenidos para la intranet y la Web (ya comentado por Paco), relacionado con la Arquitectura de la información, con la Accesibilidad, SEO o posicionamiento, etc.

    En fin: la Gestión del conocimiento serí­a un poco la organización de todo lo que tiene que ver con la información que posee o que necesita una empresa/institución, el conocimiento que ésta genera (interno y hacia la sociedad) y, por tanto, tiene claramente que ver con nuestro perfil, ya que somos profesionales con una visión multilateral de la organización y accesibilidad de la información y el conocimiento… Y por experiencia propia digo que el asunto sólo funciona con una planificación y una «logí­stica» previa apropiada, de poco nos sirve tener sólo herramientas informáticas si no sabemos configurarlas para atender a las necesidades concretas de cada empresa u organización (que siempre son diferentes, por cierto).

    Hace poco leí­ algo así­ como que es increí­ble que para cualquier cosa que hacemos en la vida, tanto importante (ej. boda, tener un hijo, elegir una carrera) como más superficial (un viaje, una reunión de amigos, etc.) planifiquemos con antelación hasta el último aspecto con la intención de que salga «perfecto». Bien, pues en temas de gestión del conocimiento normalmente las empresas/instituciones adquieren la última tecnologí­a o desarrollan algo ad hoc para salir del paso y poco más, pensando que la gente en la empresa u organización va a alimentar el sistema porque sí­, en lugar de dedicarle tiempo a la parte de asesorí­a, consultorí­a y planificación (ahí­ entramos nosotros, a dirigir equipos multidisciplinares o a colaborar en ellos con una visión documental), a explicar a las personas por qué les beneficia, cómo les va a ahorrar tiempo, cómo si alguien se va de baja o abandona la organización, ese conocimiento seguirá ahípara que alguien tome el relevo sin problemas, o impulsar el cambio de mentalidad y la colaboración de los usuarios que son al final los encargados de retroalimentar el sistema con contenidos, por ejemplo con un sistema de premios en lugar de «obligar», realizar una correcta gestión del cambio, implicar a la alta dirección para que de ejemplo, etc.

    Yo creo que los mejor preparados para estos asuntos somos los AByD, y no me canso de repetirlo hasta la saciedad allá donde voy. Si bien es cierto que yo acabé la carrera hace diez años, me llegan noticias de que en las aulas todas estas cosas suenan a «chino»; ójala me equivoque.

    Y es una pena, porque hay bastantes necesidades en las empresas y hasta ahora las pocas que se apuntaban al carro estaban tirando de informáticos. El problema es que ahora se están dando cuenta de que después de toda la inversión en tecnología, etc., los sistemas de GdC están fallando, no se sabe por qué, y yo sigo pensando que, además de que no se ha planificado a largo plazo, no se han pensado sistemas escalables que se puedan actualizar con las nuevas tendencias en comunicación etc., que es porque no se cuenta con el perfil correcto, y porque entre otras cosas ni nosotros, los AByD sabemos que somos nosotros los que podríamos hacerlo.

    Y esto vale tanto para la empresa como para la Administración, y hablo por ejemplo del Plan Aporta, que he intentado dar a conocer a través de Iwetel lo que he podido.

  9. LA BIBLIOTECA Y LA PRESTACIÓN DE SERVICIOS F͍SICOS

    Por Francisco Tosete

    El talón de Aquiles de Google es que, sí­, está en todos lados pero no está en ninguno; no es fí­sico. Esa es una de las claves. Lo local, otra. Y ahí­, en la prestación de servicios fí­sicos y en atender a sus comunidades locales para dar respuesta a sus necesidades concretas es donde las bibliotecas, como toda la vida, tienen mucho que decir y que hacer.

  10. FLEXIBILIDAD ANTE LAS DEMANDAS DE LA EMPRESA PRIVADA

    Por Oskar Calvo

    Estimado Luis,

    Creo que hay vida más allá de las plazas de funcionarios, y nuestro verdadero fuerte no son tanto las Administraciones públicas y los puestos de funcionario sino las diferentes necesidades de las empresas privadas.

    Organizar el conocimiento/información de la empresa, que normalmente no suele estar en Google; organización de proyectos; trabajo transversal con diferentes departamentos de empresas; gestión de herramientas de gestión documental; gestión de records… Arquitectura de información, definición de contenidos de intranets, extranets y páginas webs. Polí­ticas de preservación de documentos fí­sicos y digitales. Etc…

    Una cosa está clara, si vamos a llamar a las empresas privadas llevando debajo del brazo las normas de catalogación de bibliotecas, la cdu, las Isad (G) habremos fallado, las empresas privadas demandan más flexibilidad, más rapidez en la descripción de contenidos, sencillez y exactitud en la descripción y recuperación de información.

    ¿Por qué ha triunfado Google? ¿Por qué ha triunfado Amazon?

    Sigamos su ejemplo y seamos eficientes, pero flexibles.

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