Resumen:
La sofisticación de la sociedad y la especialización científica conducen a la fragmentación de los grupos y de las audiencias. Con los congresos ocurre lo mismo y en esta nota se reflexiona sobre la necesidad de que también se organicen congresos más generales, y transversales a varias ciencias. Se hace una revisión de la evolución de los congresos y de sus características a lo largo de los últimos 15 años en España. En un anexo se listan los principales congresos españoles.
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Cómo citar este artículo:
Abadal, Ernest; Baiget, Tomàs. «Congresos españoles de biblioteconomía y documentación: de la inevitable fragmentación a la necesaria transversalidad«. Anuario ThinkEPI, 2010, v. 4, pp. 64-71.
Abadal, Ernest; Baiget, Tomàs. «Congresos españoles de biblioteconomía y documentación: de la inevitable fragmentación a la necesaria transversalidad«. Anuario ThinkEPI, 2010, v. 4, pp. 64-71.
ASPECTOS COLATERALES EN EL DEBATE ACERCA DE LOS CONGRESOS EN ByD
Por: Luis Rodríguez-Yunta
Coincido con el análisis en líneas generales pero tengo la sensación de que aún quedan algunos aspectos colaterales que podrían añadirse al debate:
– La actitud hacia los congresos también ha cambiado desde el punto de vista de la participación académica, por la escasa valoración de los congresos nacionales. En este sector muchos congresos nacieron desde las organizaciones profesionales (asociaciones y redes), pero hubo un momento de desembarco masivo de la universidad, cuando la puesta en marcha de las nuevas titulaciones y la necesidad de promoción académica potenciaba la búsqueda de certificados.
Creo que esta era la causa de la sensación de inflación que se debatió hace 10 años. Pero la escasa valoración de los congresos nacionales en la evaluación de los CV y la situación más estable de los profesores universitarios ha conllevado una disminución importante del interés en participar. Puede decirse que es una situación generalizada en todas las disciplinas para la universidad: los que buscan hacer curriculum sólo se interesan por los congresos que tengan la etiqueta de internacionales. (Quizás por ello no se organizan congresos nacionales de bibliometría, aunque se hicieron unas jornadas paralelas en el Fesabid de Madrid que fueron muy interesantes, que se denominaron como Primeras y que debieron haber tenido continuidad).
– El análisis puede completarse con la existencia de jornadas puente con otras profesiones o disciplinas: estudios históricos, jornadas sobre divulgación científica, internet… Son muy interesantes y otro canal de relación con investigadores y tecnólogos.
– La confluencia de profesionales y docentes es un valor de los congresos de B&D que no tienen todas las disciplinas y que no debe perderse.
– Resulta imprescindible disponer de un congreso global, como el de Fesabid, que reúna profesionales de diferentes sectores y además a las empresas. Y debería ser la imagen externa del sector, un evento señalado para todos. Pienso que es un error que el congreso de Fesabid se plantee o se organice como uno más; sería despilfarrar su potencial. La organización debería ofrecer a las instituciones inscripciones globales mucho más baratas para grupos o cualquier otro medio que sirva para potenciar la participación. No hay color entre asistir a un congreso bien organizado, con medios, en un espacio adecuado con capacidad para 2.000 personas, frente a las jornadas organizadas en una universidad, con sesiones distribuidas en aulas con 15 personas sentadas en sufridos pupitres.
– Las Jornadas de Sedic quedan muy lejos del planteamiento de Fesabid, no se trata de un gran congreso, pero representan otro modelo de interés, perfectamente compatible. Los grandes congresos pueden crear una sensación de dispersión, de caos en el que se superponen a la vez temas similares, frente a mesas en las que se exponen temas sin ninguna relación entre sí. En otras reuniones universitarias se percibe cierta desidia, parece que se admite todo y las exposiciones cuentan con un público escaso. En cambio en las Jornadas de Sedic (e imagino que en otras similares) destaca el interés mostrado por los asistentes (160 personas, en su mayoría profesionales, el aforo del salón de la BNE).
El modelo de jornadas de día y medio permiten abordar un programa más cerrado y coherente. Las de Sedic han tenido aciertos y desaciertos, lógicamente. Nacieron hace más de 10 años como jornadas temáticas muy orientadas hacia la documentación en la empresa, pero en los últimos años se han enfocado hacia la confluencia profesional entre bibliotecarios, documentalistas y archiveros intentando presentar el panorama actual en un aspecto concreto y compartir experiencias de diferentes sectores. Pero siempre resulta un placer poder participar en ellas, y la colaboración de la Biblioteca Nacional les otorga un halo de dignidad, pues considero que la implicación de las instituciones en este tipo de convocatorias es un valor añadido importante.
¿CÓMO Y CON QUIÉN NOS REUNIMOS?
Por Teresa García Ballesteros
También creo que no es mal momento para hacer alguna reflexión sobre la optimización de resultados en estos esfuerzos organizativos.
Una primera parte sería hablar acerca de ¿con quién nos deberíamos reunir? o ¿de qué tenemos que hablar?.
Sobre este tema, sí me gustaría comentar que la fragmentación es, en muchos casos, necesaria; por ejemplo, las Jornadas de Ciencias de la Salud han sido durante años imprescindibles para este sector.
Pero también creo que hay una excesiva endogamia profesional, me explico: participamos en congresos generalistas o especializados dentro de nuestro ámbito «Documentación – Bibliotecas» y otros aspectos particulares de la misma actividad. Sin embargo, nuestro trabajo tiene que ver con otros muchos sectores profesionales: educación (en todos sus niveles), investigación científica, desarrollos de sofware, brecha digital… seguro que vosotros véis algunos más.
En estas reuniones sucede que se capta y se aporta, es decir, no sólo vamos a ver sino a «ser vistos». Es también una forma de afirmar nuestra presencia profesional en sectores en los que tenemos una presencia real, pero a veces (y cuanto nos hemos quejado de ello) invisible. Estar allí y comunicar es hacernos más visibles, entre los investigadores, los docentes, los informáticos…
Otra cuestión también necesaria es el «cómo» nos reunimos.
Como dicen Ernest y Tomàs, es cierto que nos cuesta participar. Sin embargo muchas veces estamos esperando precisamente eso, el debate que quizá no llega a producirse y el intercambio de información. Imaginar formas más participativas es un camino interesante. En el último congreso de la AMEE>/em>, me llamó la atención un formato de presentación que titularon Secrets of Success.
Consistía en pequeñas reuniones informales en las que el presentador establecía un contacto muy directo con su audiencia, de una duración de apenas 10 minutos, organizadas en la zona de stands y en espacios parecidos a los de los participantes comerciales, dotados de un cañón de proyección y pantalla y unas cuantas sillas. Un auxiliar pasaba con una campana para anunciar el fin del tiempo concedido.