Contenido responsable en la Internet colaborativa

Resumen:
La facilidad con que se pueden publicar aportaciones en la internet colaborativa propicia la difusión de contenido inapropiado u ofensivo, emitido desde el anonimato. Es necesario moderar el material generado por los usuarios en foros y otros espacios de participación, sin por ello confundir control con censura. La falta de control sobre el contenido tiene consecuencias perjudiciales y no responde a una limitación técnica, sino a una negligencia penada por la ley, aunque existen ciertos vacíos legales.

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Cómo citar este artículo:
Franganillo, Jorge. «Contenido responsable en la Internet colaborativa«. Anuario ThinkEPI, 2009, v. 3, pp. 59-63.

2 Replies to “Contenido responsable en la Internet colaborativa”

  1. LA AUTOREGULACIÓN DE LA BLOGOSFERA

    Por Marcos Ros-Martín

    El debate que nos propone Jorge Franganillo es sempiterno y reverdece cada vez que a la blogosfera se le propone un nuevo intento de regulación. Pero, aunque aparentemente esta regulación tenga nombre de pila (los blogs), no es difícil imaginar que los tentáculos reguladores se extenderán a otros ámbitos de la internet colaborativa una vez que la blogosfera se haya normalizado.

    Imagino que el profesor ha estado al tanto de la propuesta de la Unión Europea de crear un registro de blogs que levantó la liebre para la generación de una nueva polémica con sus réplicas y contrarréplicas sobre la regularización blogosférica que no analizaremos en detalle.
    http://elpais.com/articulo/internet/elpeputec/20080610elpepunet_1/Tes

    Sin embargo, no debe obviarse que la crítica a un ente informe (que no atiende a una organización lógica ni a unas reglas establecidas, y que no puede atribuirse a un colectivo definido), desconcierta tanto a los poderes políticos, empresariales y mediáticos que se ven impotentes a la hora de intentar meterlo en cintura. Pero ello nos recuerda que la generación de contenidos en el entorno web es uno de los temas actuales más apasionantes e interesantes.

    Por ejemplo, que una persona, sean cuales sean sus características, pueda considerarse como una fuente de información fiable y fidedigna sobre un tema en internet se encuentra al orden del día —recordemos el reciente premio Ortega y Gasset a una blóguer cubana— y son los propios medios de comunicación los que defienden y ensalzan esas voces en aras de la libertad de expresión. Es cierto que en nuestra crítica podríamos partir considerando que el 80% de lo que se publica en internet es basura o irrelevante, pero atendiendo a los mismos criterios editoriales, mucho de lo que se publica en papel también pudiera considerarse —sin ánimo de ofender— de poco interés o relevante.
    http://actualidad.terra.es/articulo/html2/av22376703.htm

    Siguiendo el razonamiento anterior, profundizando en nuestra crítica, podríamos aseverar que internet está lleno de geeks, y que en Digg, una web colaborativa ideada para la promoción social de noticias, sólo se promocionan noticias techies, pero nos quedaríamos con una visión muy parcial de lo que realmente ocurre en la Red. De hecho, ciertos estudios demuestran que Digg sí publicaba mayoritariamente contenidos informáticos o sobre tecnología mientras estuvo consolidando y aumentando su audiencia, pero también es cierto que esa tendencia ha cambiado y que este web está ampliando el espectro de las informaciones que se someten a votación.

    Así pues, nos hallamos en un escenario en el que los blogs se han erigido, en algunos casos, como medios de comunicación capaces de llegar allí donde los medios tradicionales no llegan a causa de intereses económicos, comerciales o ideológicos. Sobre este hecho, es paradigmático el caso de la blogosfera política estadounidense, considerada un referente informativo sobre la situación política norteamericana.

    También se debe tener presente que la mayoría de los blogs no pretenden alcanzar grandes audiencias —en el caso de la biblioblogosfera, ese público sería muy restringido—, pero al mismo tiempo se convierten en lugares capaces de transmitir a su público objetivo información relevante que no podría ser distribuida de otra forma.

    En cualquier caso, retomando el tema del que nace este texto, el del control de contenidos ofensivos, insultos y denuncias infundadas, como ocurre en la vida analógica, parece obviarse que dentro de Internet existen iniciativas y comportamientos buenos y malos, y que la censura y libertad de expresión se conjugan sin que exista necesariamente un órgano regulador.

    No negaremos que internet dispone de zonas hostiles y reprochables, pero acusar a la blogosfera de infoxicación, siguiendo el criterio de la Unión Europea para controlarla, se antoja ridículo. Estoy de acuerdo en que los blogs deben autorregularse y, aunque no lo parezca, ya lo hacen según unas normas que cada uno se dicta, atendiendo a las buenas maneras, que precisamente se ajustan a los usos sociales establecidos, por lo que intentar reglamentar desde una instancia superior la forma en la que se publican contenidos no lo considero como lo más idóneo.

    Por otro lado, algo que considero capital en este debate es el hecho de que no podemos obviar que la autoridad en internet, y fuera de ella, no es un valor que cada uno se otorga así mismo, sino que dan los demás. La autoridad la dan los lectores y seguidores de cada sitio web, así como la consideración de si un sitio web puede ser confiable o no.

    Otro ejemplo de Web 2.0 que otorga cierto margen a la autorregulación es la propia Wikipedia. Esta enciclopedia colaborativa dispone de sus propios mecanismos para evitar su sabotaje, a través de la figura de los famosos bibliotecarios que, como no podría ser de otra manera, tampoco pueden escapar a la polémica ante la ejecución de criterios distintos a la hora de aprobar, modificar o restringir contenidos, o reciben críticas ante la ausencia de tales criterios. Sin embargo, tampoco es de recibo atacar a la Web 2.0 considerando que se trata de una dictadura de los idiotas o que Google nos vuelve estúpidos. En mi opinión, estos planteamientos sólo tratan de censurar un movimiento que no puede detenerse.
    http://elpais.com/articulo/semana/elpeputeccib/20071011elpciblse_1/Tes
    http://theatlantic.com/doc/200807/google

    Por todo ello, considero que el vandalismo y las malas maneras dentro de la Web, efectivamente, deben corregirse, pero a través de la educación, enseñando las infinitas posibilidades constructivas de las herramientas disponibles en internet. La Educación 2.0 trataría precisamente de alfabetizar digitalmente, enseñando internet a aquellos que no pueden acceder por falta de recursos, pero también enseñando educación dentro de internet, explicando qué se puede hacer y qué no se debe hacer. Pero siempre a través de la formación, jamás de la censura.

  2. LA NATURALEZA OFENSIVA DE LOS BLOGS Y SU CONTROL

    Por José Vicente Serrano Olmedo

    Resulta extraño que la nota de Jorge Franganillo haya tenido una sola respuesta (pero muy adecuada), siendo que en ese texto se dicen muchas cosas substanciosas.
    Franganillo cita una afirmación de Cheng (2007) según la cual “la mayoría de blogs incluyen mensajes de naturaleza ofensiva o indeseada”.
    ¿De dónde surge tal afirmación? De “un informe de la empresa de seguridad ScanSafe” de acuerdo con el cual “el 80% de los blogs incluyen contenidos de este tipo”. ¡Claro! ¿Qué va a decir una empresa de seguridad informática en internet?
    Pues dirá que “todo está muy malito y aquí te ofrezco mis servicios”, apoyándose en lo que, desde su interés, entiende por “naturaleza ofensiva o indeseada”.

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