La búsqueda y acceso a la información en los entornos digitales ha ofrecido un modelo clásico de actividad e interacción: un usuario formulaba una necesidad de información, y ésta era transformada en una expresión que combinaba términos significativos y operadores. Se obtenía un conjunto de resultados, que era evaluado para valorar su pertinencia, o no, a la necesidad de información original. Participase en el mismo un intermediario especializado o no, la actividad de búsqueda de información era (o es) un proceso eminentemente individual: la interacción se establece entre una interfaz de búsqueda y consulta, y un usuario final.
Sin embargo, desde mediados de la década de 1990, con el auge de internet, la cada vez mayor disponibilidad de recursos de información especializados obliga a los usuarios a interactuar con variados recursos de información digital, complejos, y que requieren de los mismos aumentar el tiempo y los recursos dedicados al conocimiento del recurso, previo a su correcto uso y explotación. La disparidad de entornos hace aumentar la curva de aprendizaje. A ello cabe unir el cada vez mayor número de usuarios, de todo tipo, que acceden a los recursos.
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Tramullas, Jesús. «La navegación social como aproximación a los procesos de búsqueda de información«. Anuario ThinkEPI, 2007, v. 1, pp. 79-80.