Resumen:
Los códigos QR son un modo fácil de lectura de información para dispositivos móviles y permiten el acceso directo o indirecto a recursos informativos. Para las bibliotecas, este elemento permite extender los servicios y el acceso a usuarios en movilidad de un modo sencillo y barato: guías de recursos, información práctica, descarga directa de documentación, acceso a información multimedia, etc. Se ofrecen ejemplos de uso así como herramientas para la creación de códigos.
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Cómo citar este artículo:
Leiva-Aguilera, Javier. «Introducción y algunos usos de los códigos QR«. Anuario ThinkEPI, 2012, v. 6, pp. 309-312.
Leiva-Aguilera, Javier. «Introducción y algunos usos de los códigos QR«. Anuario ThinkEPI, 2012, v. 6, pp. 309-312.
CÓDIGOS QR EN PRESENTACIONES
TagMyDoc convierte documentos o presentaciones en códigos QR. Sólo tienes que subir el archivo a TagMyDoc y se generará un código QR correspondiente que se puede incluir en la presentación de diapositivas para una descarga rápida.
http://tagmydoc.com
El servicio es compatible con documentos de Word, presentaciones PowerPoint, PDF y los formatos de imágenes más comunes.
http://www.tecnologiapyme.com/servicios-web/compartir-la-presentacion-de-diapositivas-con-un-codigo-qr
¿NO ES MÁS BARATO EL LÁPIZ Y EL PAPEL?
Pensándolo repetidamente y – yo creo- bien, me parece que los códigos QR en lo esencial no hacen otra cosa que sustituir lápiz y papel por el teléfono móvil. Además, teléfono móvil con características de las que no dispongo (tengo un Siemens S45 del 2001, en aquel entonces «le dernier cri», el último grito, pero para entender los códigos QR no me sirve…), o sea tiene que ser un teléfono móvil de última generación.
Y luego, con mi teléfono móvil de última generación, captando los códigos QR me lleva automáticamente a los sitios codificados en los QR… ¿y lo que cuesta si no tengo tarifa plana o si me encuentro en el extranjero? ¿Quién me lo dice? ¿No es más barato el lápiz y el papel?
UN PASO ADELANTE EN EL PROCESO INFORMATIVO
Tienes razón: “en lo esencial”, los códigos QR son un sustituto del lápiz y el papel.
Te daré otro ejemplo parecido: un procesador de textos (Openoffice, Libreoffice, los comerciales o los que actualmente permiten trabajar en la nube). Permite escribir textos en un ordenador, sí, pero eso también puedo hacerlo con un lápiz y un papel que no me obliga a comprar un ordenador. ¿Y si se me ocurre enviar lo que he escrito por correo electrónico y no tengo tarifa plana o estoy en el extranjero? Otro gasto del que nadie me informa.
Lo anterior sin mencionar que a un procesador de textos puedo añadirle fotos, enlazar a otros documentos, modificar sin perder versiones por si luego las necesito o trabajar simultáneamente en un documento con varias personas que pueden estar a miles de kilómetros de mi ordenador. Todo eso es más caro, pero yo no sabría hacerlo sólo con un lápiz y un papel.
No soy de los que se fascinan ante los fuegos artificiales y pierden el mundo de vista. Al contrario, me gusta probar las cosas por mí mismo para intentar ver qué puedo sacar de positivo y qué no deja de ser mero decorado.
En los códigos QR hay parte de decorado, lo que lleva a usos absurdos para los que ni siquiera sería necesario el lápiz y el papel. Pero hay otras posibilidades que no serían fáciles (o posibles) sólo con lápiz y papel, y que pueden llevar mucho más allá el proceso informativo (u otros procesos, como el de compra). Esa sería la parte no esencial.
Así es como lo veo yo, pero estoy encantado de discutirlo.
SERÁ MEJOR ESTAR PREVENIDOS…
Algunas veces nos deslumbramos por los avances tecnológicos, es verdad; y otras el mercado desecha (o nos obliga a desechar) soluciones prácticas. Si ya existía el servicio de correos, ¿qué utilidad tenía el teléfono, que obligaba a tender kilómetros y kilómetros de cables que, inevitablemente, no llegarían a todos los rincones del planeta? ¿Para qué queríamos teléfonos móviles, si ya existían las cabinas telefónicas?…
Es cierto: este correo me recuerda el chiste de los americanos que invirtieron ingentes cantidades de dólares y muchísimo tiempo para inventar un bolígrafo que permitiese escribir en condiciones de gravedad cero, con el objetivo de que se pudiese utilizar en la Estación Espacial Internacional. Al fin, lograron fabricar una carísima tinta magnética que se adhería a la bola del extremo del bolígrafo, de manera que no se derramaba; y, cuando lo presentaron al mundo, los chinos demostraron que ese problema llevaba muchos años resuelto: el lapicero…
Tienes razón, Heinrich. Pero te aseguro que el uso del lápiz y el papel (a los que aún les quedan muchas décadas, por supuesto) están siendo reemplazados por otros procedimientos. Si ahora, para pasarnos los datos de contacto utilizamos bluetooth (o si sólo es el número de móvil, una perdida que luego guardamos en la agenda), ¿quién dice que no usaremos los QR (u otra tecnología similar) para acceder a otro tipo de información? Pasaremos por el aro, seguro; y en ese caso, será mejor estar prevenidos (yo he pedido a los Reyes Magos un móvil nuevo…).
USOS VINCULADOS AL ESPACIO AUMENTADO DE MUSEOS Y SITIOS CULTURALES
Algunos ejemplos de uso de códigos QR que tienen visos de proponer una utilidad en contextos reales de uso, vinculados al espacio aumentado de museos y sitios culturales:
Visitante accediendo a información de la obra de Miró en la exposición…
Usa QRpedia para generar el enlace al artículo de Wikipedia, escogiendo el idioma.
Explicación:
http://es.wikipedia.org/wiki/QRpedia
Tiene sentido un código así junto a monumentos y como forma práctica de realidad aumentada (sin grandes alharacas de mapas y renderización 3D).