Resumen:
Se describe el avance de Bibliographic Framework Initiative (Bibframe). En la publicación de las actas de Marbi de la reunión de verano de 2013 de dio por cerrado este comité que ha estado operativo 30 años y se creó el MARC Advisory Committee (MAC) con objeto de seguir manteniendo el formato MARC 21, y tutelar el desarrollo de Bibframe de forma análoga a como había hecho Marbi hasta ahora. Esto supone un hito en la catalogación. Se hace referencia a la puesta en producción de Resource: Description and Access, así como al desarrollo de Europeana Data Model y su adopción por varios proyectos internacionales, entre los que destaca la Digital Public Library of America. Por último se reflexiona sobre si estos procesos tan importantes objetivamente están teniendo alguna repercusión en las bibliotecas del estado español.
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Agenjo, Xavier. «¿Se inicia la transición?: Adiós a Marbi, bienvenido MAC». Anuario ThinkEPI, 2014, v. 8, pp. 164-169.
CUESTIONES AL DEBATE
Por Luis-Ángel García-Melero
¿Isbd consolidada o RDA? ¿Marc 21 o Bibframe?
¿Los bibliotecarios españoles tienen los conocimientos suficientes al respecto?
¿Disponen las bibliotecas de los medios y recursos para afrontar esta nueva reconversión en sus catálogos automatizados?
¿Hay una postura contra la Ifla por parte de las instituciones bibliotecarias norteamericanas, como sucedió en su día con la Unesco?
¿Hay intereses de terceras partes y de las empresas dedicadas a la industria de la información bibliográfica y al acceso a los documentos?
Y, sobre todo, ¿todo este debate interesa a los usuarios finales en el contexto de las bibliotecas digitales y de los repositorios?
ISBD Y REGLAS DE CATALOGACIÓN ESPAÑOLAS
Por Elena Escolano
Creo que mirando un poco más lejos, también habría que recomendar la lectura de “Social discovery tools: extending the principle of user convenience”, que refleja el nuevo reto con los catálogos de nueva generación, que parece es a lo que nos vamos a ver abocados, con ellos se busca en infinitos catálogos y el problema que se presenta al catalogador es precisamente la falta de consistencia debido a las diferencias de los códigos de catalogación que reflejan distintas realidades culturales.
http://www.emeraldinsight.com/journals.htm?articleid=17019398
Pensando en la conveniencia del usuario, pide que se reutilice lo que éste puede aportar y una mayor ética profesional que se muestre en la imparcialidad que debe tener el catalogador, que no debería mostrar influencia cultural, para poder sacar provecho a esta nueva tecnología. No sé si esto va a poder ser posible.
Definir RDA es muy complicado y creo me estoy metiendo en terreno pantanoso pues hay mucha variedad de opiniones, pero aparte del reconocimiento que se le debe de adaptación del modelo Frbr en la organización de la información, también hay que reconocerle que contiene las reglas culturales anglosajonas de AACR2. Aunque su intención es ser cada vez más internacional, no sé cómo se van a resolver algunos conflictos.
Por hablar de algunas diferencias culturales con Europa y nuestros catálogos españoles, podríamos elegir por ejemplo uno que ocupa gran porcentaje de nuestros catálogos, o el catálogo entero cuando es de una biblioteca especializada, y es el de las diferencias legislativas y jurídicas que hay entre Europa y los países anglosajones, Derecho continental/Derecho anglosajón. En este sentido, creo que hay que dejarle claro al profesional español que sea consciente que cuando adopte la decisión de aceptar RDA, esto supondría en muchos casos ir de una catalogación más conforme con los estándares internacionales hacia una cultura, la anglosajona, que no es la nuestra. Más adelante vuelvo a tocar este tema…
Creo que no es justo acusar a Ifla de todo, Gordon Dunsire, además de ser miembro consultor del Grupo de revisión Isbd, y de ser el presidente del Grupo de Ifla namespace, es también a partir del año pasado director del Joint Steering Committee for the Developmente of RDA, por lo que creo que sus palabras en un contexto, una lista de distribución como ésta en la que estoy escribiendo, deben ser entendidas como expresión de sus ideas personales, pero no institucionales. Y si lo consideras como una idea institucional, ¿por qué se lo achacas a Ifla y no al JSC for RDA? ¿Crees que Gordon está más involucrado con Ifla que con el JSC al que dirige?
Con el título de este apartado (“La Ifla frente al mundo anglosajón”), me haces dudar de mi comentario anterior, pues Gordon Dunsire es escocés.
La tensión es un término que podría malinterpretarse, y más en un contexto en el que se incluye también la palabra temor. Creo, sin embargo, que la oferta de diferentes posibilidades y la competitividad sana hace evolucionar un ámbito científico y de trabajo. Es cierto que hay diferencias entre RDA e Isbd, y se ha publicado en el sitio web del Grupo de Revisión Isbd, después de su envío en verano de 2013 al JSC-RDA para su comentario, la tabla de correspondencias que muestran esas diferencias:
“ISBD profile in RDA”
http://www.ifla.org/files/assets/cataloguing/isbd/OtherDocumentation/isbd_profile_in_rda_ver_1.0.pdf
Ha sido un trabajo tremendo para identificar esas diferencias, y el JSC va a empezar el trabajo “RDA alignment with ISBD”.
Esta tabla se ha creado buscando la interoperabilidad y coherencia de los catálogos, para que aquellos que quieran seguir alineados conforme a Isbd pero aplicando RDA, puedan hacerlo. No en vano en 2010 se creó en el formato MARC21 el valor “i” para el Leader posición 18, para aclarar aún más que se especificara si se aplicaba Isbd e incluso se incluía la puntuación
http://www.loc.gov/marc/bibliographic/bdleader.html
No estoy segura al 100% pero creo recordar que fue la Library of Congress quien lo solicitó. Como digo, opino que las diferentes opciones suponen riqueza y un motor evolutivo, como muestra este documento de adaptación del vocabulario Bibframe de Resource type y que se acerca un poco más al vocabulario de Isbd.
http://bibframe.org/documentation/resource-types
Luego no creo que deba expresarse de forma que esa tensión pueda interpretarse como enfrentamiento. Lo que sí representan son dos opciones, con sus pros y contras, para que la biblioteca pueda elegir y decidir de forma inteligente y responsable, en función de la información que ya tiene o no y/o va a empezar a tener. La diferencia mayor que hay que resaltar es que uno es un estándar de descripción internacional y el otro es un código de catalogación internacional cultural (ya que incluye varias naciones pero todas anglosajonas, como muy bien expresas en el título). Como prueba de ese buen entendimiento, Gordon Dunsire, como ya he dicho es el director del “JSC for RDA” y miembro consultor del Grupo de Revisión Isbd, y trabaja mucho y muy cerca del y para el grupo de Isbd, para hacer las correspondencias entre un código y el estándar, y entre formatos de codificación, además de ser el que mantiene el Namespace de Ifla, necesario para Linked data y la Web semántica.
Lo que sí quiero aclarar, porque me ha afectado más, es la frase “muchos bibliotecarios creen que catalogan según la normativa ISBD y no […]”. Aunque no presupongo desconocimiento de los catalogadores ya que está escrito, por escrito quiero aclarar la realidad en honor a la justicia e integridad que se merecen las personas que durante años elaboraron y mantuvieron las Reglas de catalogación, éticamente irreprochables.
Primero tranquilizar a los catalogadores que no lo sepan o que crean que catalogaban conforme a Isbd, y ahora se desayunan con que no es así, pues aunque realmente fuera cierto lo que afirmas sobre la relación de las RC y AACR2 sobre descripción de recursos, indirectamente también estaríamos catalogando según la normativa Isbd, ya que AACR2 se basan completamente en Isbd, como JSC for the Development of AACR2 transmitió al Comité de expertos en catalogación (IME ICC 1 en Frankfurt) en su informe, y que se podría comprobar en el sitio web mantenido por la Deutsche Bibliotheke hasta no hace mucho. Pero ni éste ni el de Sudamérica (mantenido por la LC) están accesibles por falta de mantenimiento o eliminación, fallando los links que se hacen desde los sitios de la reunión IME ICC para África y Asia, que sí los mantienen vivos.
http://www.nl.go.kr/icc/icc/main.php
Es una pena, ya que es una fuente muy importante de investigación, e imagino que en algún Archivo quedarán recogidos. Esto es una prueba más de lo efímero que es este entorno, y cómo puede condicionar la investigación e interpretación histórica de lo acontecido. Es una pena, sobre todo tratándose de nuestro terreno.
Volviendo al tema de las Reglas de catalogación, sí se basan en Isbd, pero como todo código de catalogación escoge para su país y cultura entre las opciones que ofrece el estándar internacional, y quizás en esa elección ha coincidido o se ha acercado o dejado influenciar por AACR2, lo que es muy lícito.
En la edición de 1964 de las Reglas de Catalogación, p. VI, se aclara esa adaptación que mencionas y que es a los Principios Internacionales de París y, sí, ahí dice que sólo continúa con un proceso iniciado en 1941 de acercamiento a la catalogación anglosajona ya que “introducen la catalogación por los autores corporativos”.
http://www.bne.es/es/Servicios/NormasEstandares/ReglasDeCatalogacion/Docs/00000014.pdf
No creo que esto, que sí fue un paso importante en la catalogación en nuestro país, pueda ser lo más significativo e identificativo del trabajo que estos profesionales hicieron y que por esa frase honesta, pierdan todo el reconocimiento que se les debe, en una época que no existía ordenador, ¿os imagináis lo difícil de la tarea, sin versiones de los borradores? Y sin Google para saber qué hacen los demás!
Pero aparte esto, las Reglas de catalogación españolas son muy diferentes en muchos aspectos que se refieren a la organización de la información por medio de los accesos normalizados y que son un reflejo del contexto y cultura. No voy a dar aquí una clase que cualquier profesor de la universidad daría mejor que yo, más de las que he resaltado más arriba, aunque hay una tabla rondando por el espacio de trabajo del Grupo de normalización del consejo de cooperación bibliotecaria, documento de trabajo, que refleja todas esas diferencias.
Para acabar con este punto solamente tengo que resaltar “la audacia” de aquellos responsables profesionales españoles del desarrollo de las Reglas de catalogación que contracorriente decidieron adoptar una decisión que fue de lo más avanzada a su tiempo, iluminadora y acertada, pues es de total actualidad en nuestros días: aceptar el nombre convencional en vez del oficial, como se dice en la misma página VI de las Reglas de catalogación de 1964. Gracias a esa decisión arriesgada pero meditada y práctica, nuestros catálogos no han requerido cambios con el consiguiente gasto económico y temporal inconsistencias para adaptarse a los Principios internacionales de catalogación de 2009. No Xavier, con todo el cariño y respecto que te tengo, no quiero que nuestros colegas puedan quedarse con ideas erróneas, y sé positivamente que en esto al menos estarás de acuerdo conmigo.
Estoy totalmente de acuerdo con los deseos de Xavier, y creo que ya se tiene que empezar en España a ver y moverse hacia ese entorno de la Web semántica, pero yo le pediría a los desarrolladores de los sistemas que no esperen más y dejen el argumento de que como el profesional no sabe y no aplica Frbr, RDA o RDF y LD, para qué lo van a desarrollar; a su vez el profesional argumenta que con los sistemas que tenemos que no se adaptan a los estándares ni muestran las posibilidades de visualización que permiten estos estándares, para qué van a invertir tanto esfuerzo. Apelo a la ética profesional (tema hoy día de lo más candente, ¿por qué será?) de unos y otros para dar el paso. Y a los patrones o jefes de esas bibliotecas a aplicar la inteligencia estratégica que Tomàs Baiget expone con tanta claridad para “saber adaptarse fácilmente y sin traumas a los futuros cambios que con seguridad irán llegando”.